El cineasta nicaragüense Gabriel Serra, nominado a los Óscar, está pasando los días previos a los premios con su familia y amigos, alojado a una hora del bullicio de Hollywood y disfrutando sin perder la calma de una experiencia que es "como viajar a la Luna", según dijo a Efe en una entrevista.

Serra, de 30 años, es el primer cineasta de Nicaragua en optar a las famosas estatuillas gracias a "La Parka", un filme sobre un empleado de un matadero en el que se reflexiona sobre la vida y la muerte y que le ha valido la nominación en la categoría de mejor cortometraje documental en la 87 edición de los premios de la Academia.

Desde su aterrizaje el lunes en California, el joven director ha asistido a numerosas proyecciones de "La Parka" y varias recepciones en su honor, como las celebradas el jueves en los consulados de Nicaragua y México en la urbe angelina, donde fue el centro de atención y foco de todas las cámaras.

El artista, que ha pasado en un mes del anonimato a ejercer un rol de figura pública, lleva estoicamente las ramificaciones del éxito.

"Los Óscar es lo más 'top' que te puede suceder a una edad tan joven y en ese sentido yo creo que se viene una responsabilidad grande para mí como director. Lo que yo diga, opine de cine o de cualquier cosa... la gente va a estar allá detrás de mí y el próximo proyecto que venga, la gente va a estar pendiente", explicó.

Superada la fase de incredulidad inicial, cuando en enero supo de su candidatura, Serra afronta su cita en los Óscar con ambición, a pesar de que pocos en la industria apuestan por el triunfo del nicaragüense frente a títulos favoritos como "Joanna" y "Crisis Hotline: Veterans Press 1".

"Si ya estamos aquí, hay que ganar. Me gustaría ganar realmente, y si no ganamos también es ganancia. Yo creo que todo es ganancia en la vida", comentó.

Con esa mentalidad, Serra se ha preparado para su posible triunfo y tiene todo listo para la ceremonia del domingo en el teatro Dolby, desde la ropa de gala recién comprada en Los Ángeles, hasta el discurso que dará si gana la estatuilla.

Los agradecimientos irán primero a sus padres, que le han apoyado en todas sus "locuras" durante años, después a su escuela, el Centro de Capacitación Cinematográfica de México donde realizó "La Parka", así como a sus compañeros, para terminar con palabras a sus "dos países", el de nacimiento (Nicaragua) y el de acogida (México).

"Es grande el peso que tengo atrás, va a haber mucha gente viendo y espero que todos disfruten como yo ese momento. Va a ser como cuando tiró Roberto Baggio ese penal en el Mundial, o algo así, cuando digan si gano o no el Óscar", confesó.

Serra acudirá hasta el Dolby con el director de fotografía Carlos Correa, el editor Jorge Ortega y el responsable del sonido, Nicolás Aguilar, su equipo de rodaje de "La Parka", que poco a poco ha ido llegando a Los Ángeles.

Si tiene ocasión, Serra, que ya pudo estrecharle la mano a uno de sus ídolos, el documentalista alemán Wim Wenders, se acercará a saludar al director de fotografía mexicano Emmanuel Lubezki y al realizador Alejandro González Iñárritu, ambos nominados por "Birdman" y a quienes admira.

"Pase lo que pase el domingo lo único que yo quisiera es poder seguir haciendo películas", afirmó el nicaragüense, cuyo primer trabajo tras los Óscar será ejercer como director de fotografía en un documental que Luciana Kaplan empezará a rodar en mayo.

"Es una película en tres países, son tres historias con un mismo tema en Estambul (Turquía), Los Ángeles y México", señaló si dar muchos más detalles.

Serra está además perfilando los guiones de dos largometrajes que tiene previsto dirigir, uno de carácter documental localizado en México y otro de ficción en Nicaragua.

"La nominación abre puertas, pero estoy esperando a que pase esto de los Óscar para ver cómo aprovechar este éxito", declaró Serra a Efe.