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Cannes.— Con un vestido negro con estampado de enormes rosas rojas (su color favorito) de Alexander McQueen, Salma llegó a la rueda de prensa de la película del director italiano Matteo Garrone titulada Tale of tales que compite por la Palma de Oro. Con una sonrisa que duró hasta el final, Hayek se veía contenta y orgullosa de formar parte de este proyecto.

Al terminar la rueda de prensa, todos los actores abandonaron la sala menos ella, pues se quedó firmando autógrafos. Al final, le pidió una cámara a su asistente y se hizo una selfie teniendo de fondo a los más de 100 periodistas que estaban ahí. Se marchó entre aplausos, dejando a los presentes con la sensación de ser la reina, además de haber desafiado al festival, que ha prohibido las selfies para esta edición.

Sin embargo, por la noche los organizadores le dieron un espaldarazo a Hayek. “Salma no violó ninguna regla, pues la prohibición de las selfies sólo aplica para la alfombra roja”, informó la oficina de prensa.

Pero aun antes de la selfie, la mexicana demostró que es la reina, en sentido figurado y real. El hielo empezó a romperse cuando un periodista de Bangladesh le dijo que si sabía que en la India era muy famosa por la cinta Desperado, a lo que Salma respondió con gracia: “No lo sabía, muchas gracias por decirmelo, espero que esta cinta les guste mucho más”. Después le preguntó a qué sabía el corazón que se come en una escena de la película.

“¡Desagradable! El director quería que el corazón fuera exactamente como uno real. Una cosa horrible. Después de cada mordida yo quería vomitar pero Matteo me decía: ‘Salma, tiene que parecer que estás contenta al comértelo. Pero gracias a Dios mi hija Valentina estaba ahí y ella se acercó y me dijo al oído ‘mami, en el monitor sólo se ve la parte de enfrente del corazón así que, si lo muerdes por ahí y luego escupes, todo por detrás, no se va a notar’. Ella me salvó”, recordó.

Después respondió a la pregunta de dónde consideraba que estaba su hogar tras vivir en México, EU y Francia. “Estoy orgullosa de mis raíces. Siempre con el amor que siento por los lugares que me han sostenido. Me siento agradecida por ser de donde soy y afortunada por experimentar otras culturas”. Fue una respuesta significativa con la que buscó aclarar los disgustos provocados por sus declaraciones en Líbano en las que se le acusaba de olvidar sus raíces mexicanas.