Rebeldía, descaro y pasión en México por Ska-P
RECLAMOS. Entre baile y música, retumbaron los gritos en protesta por la violencia en México. (Foto: Twitter @ElPalacioMx )
España y México se unieron durante a más de dos horas en una noche espectacular, pasional, rebelde y políticamente incorrecta, gracias a la música sin freno de Ska-P.
Eran las 20:10 horas y La Milixia, traídos desde de Costa Rica, ya estaban recibiendo el calor del público skato quienes de manera casi incesante llenaban la pista del Domo de Cobre, aunque los ibéricos a los que fueron a ver iban a aparecer en escena más de una hora después.
Y cuando los asistentes empezaron a exigir a sus españoles favoritos, los costarricenses "milicianos" retomaron el control con un cover del grupo Tijuana No!, "Pobre de ti", provocando algunos de los primeros slams de la noche.
El tren encendió motores a las 21:18 horas, Ska-P puso "Full Gas" a su legendaria maquinaria musical y el Palacio de los Deportes estalló en júbilo.
Una "Estampida" dio paso a los primeros coros multitudinarios, pues las casi 30 mil almas congregadas, no pararon ni un segundo de alentar a sus músicos predilectos.
Aquí no había ni un "Niño Soldado", pero sin duda todos formaban parte de un ejército comandado por unos españoles cuya máxima misión, era repartir su arte en forma de ska para sublimar dolor y tristeza por todos aquellos infantes en países bélicos y hostiles.
El segunda voz de la banda, Pipi, empezó su característico show personalizado, y ataviado con una túnica negra y detalles en rojo vivo, como una especie de "cura", dio paso a "Crimen Sollicitationis", con la que la euforia siguió.
Para realizar una "Abolición", Pipi se disfrazó de torero y de manera altanera provocaba al público quienes cantaban a favor de la prohibición de las corridas de toros.
"Cannabis", un himno a una sustancia prohibida en muchos países y cuya búsqueda de su legalización genera polémica a lo largo y ancho de globo terráqueo, continuó formando círculos de slam en varios sectores de la pista.
Antes de que Ska-P entonara "Se Acabó", Pulpul su vocalista, se pronunció por los 43 normalistas desaparecidos en Ayotzinapa.
Para dar paso a la memoria de Carlo Giuliani, un joven italiano quien "Solamente por pensar" y manifestarse en una protesta contra el G8 en el 2001, fue asesinado.
Basado en ritmos celtas, y con Pipi ahora vestido con falda y un gorro de arlequín, "Derecho de Admisión" le puso el ambiente fiestero y desvergonzado con el que también se caracteriza esta agrupación de ska punk.
Tomando un breve respiro, pero tan sólo para invitar al escenario a los skaseros más "peques" de la noche, a quienes subieron al escenario e interpretaron "Ska-Pa", sin dejar de bailar ni reír.
En "Mis Colegas", cada vez era más evidente que el público abarrotaba el Palacio de los Deportes, pues sus brazos en alto y brincos hacían una especie de alfombra humana ondulante.
Como última escenificación, el showman Pipi se uniformó como granadero, y así volvió a provocar a los miles reunidos con "Romero el Madero".
"Gracias por estar siempre aquí cuando venimos", expresó Pulpul antes de manifestarse en contra del conflicto armado entre Israel y Palestina, calificándolo de masacre, con "Intifada".
Para dar paso a "El Libertador", la voz principal de Ska-P expresó: "Espero que pronto llegue acá la revolución bolivariana, para que acabe este México corrupto".
Mexicanos y españoles bajo un mismo domo, estaban deseosos de hacer un "Meztizaje", por lo que muchos ya estaban sin playeras, sudando en demasía, pero bailando hasta más no poder.
En las gradas, enfrente, a los lados, en medio, y hasta pegados a la pared, la gente no dejó ni un espacio vacío en una verbena popular que estaba por terminar. Y todo concluyó por detonar cuando Ska-P cantó otro de sus grandes éxitos, si no es que el más, "El Vals del Obrero". Voces a reventar, guitarras al máximo, no pudo haber un mejor casi-cierre.
Saliendo de escena tan solo para causar más alegrías a su público, los ska punketos regresaron con "El hombre resaka baila ska" y "Canto a la rebelión".
Ninguno de los presentes se iba "A la mier...", penúltima melodía, ni daban a notar su cansancio, si es que lo tenían, ocasionado por tantos bailes con patadas, codazos y hasta puñetazos incluidos.
"El Gato López" canción y emblema caricaturesco y característico de la banda, fue el majestuoso punto final de una locomotora musical (alimentada por fanáticos fieles y apasionados), rebelde, descarada y que jamás se rendirá, llamada Ska-P.
rad