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José José camina como Príncipe en el Metropólitan

Erika Monroy| El Universal
00:45Lunes 24 de marzo de 2014
Divertido y burlándose de lo que el tiempo ha hecho, pasó buena parte de la velada contando anécdotas, chistes y uno que otro mensaje para los fans que han seguido su carrera por más de 50 años

Como un príncipe apareció José José en el escenario del Teatro Metropólitan. De blanco y con paso lento el cantante dedicó todas sus fuerzas a interpretar las historias que enamoraron a miles de personas, no sólo en México, sino en América Latina.

Con grito de "rey", "eres el mejor", "como tú no hay otro", la "familia" del cantante lo recibió con aplausos. La nostalgia y el deseo de ver en vivo al culpable de romances, separaciones y superaciones, provocó la euforia de las más de tres mil personas que acudieron al recinto del centro histórico.

El reloj no tardó en marcar las 18:55 para que las cortinas corrieran y diera inicio al show 1341 de José José. Agradeciendo a cada persona que ha tocado su vida, a cada una que lo ha llevado a mantenerse sobrio, a aquellos que aún buscan cuidar su salud, el artista de 61 años llevó su energía a los recuerdos de todos.

Y aunque la voz del Príncipe de la canción ya no es la misma que en 1970 hiciera suspirar a los asistentes del Festival de la Canción Latina con "El Triste", los seguidores reconocieron el esfuerzo y la valentía del cantante para estar frente al micrófono e interpretar canciones como "O tú o yo", "Me vas a echar de menos", "A esa", "Amar y querer" y "Almohada".

Divertido y burlándose de lo que el tiempo ha hecho, José José pasó buena parte de la velada contando anécdotas, chistes y uno que otro mensaje para los fans que han seguido su carrera por más de 50 años. Inconforme con el audio y mostrando constantes quejas a su equipo, nada de eso le quitó el buen humor.

"Te quiero así", "Todo cambia", "Ya lo pasado, pasado", "Vamos a darnos tiempo", fueron parte del recorrido por los años 70 y los 80. "Las cosas cambian, el tiempo no pasa en balde, cuando yo comencé a cantar llegaba en taxi a los lugares, luego en limosinas, ahora llegó en ambulancia, pero llego", bromeó.

El hombre de blanco no era el único que caminaba a paso lento y que como un auto clásico parecía que sólo necesitaba tiempo para que el motor comenzara a funcionar con eficacia.

Aquellos que crecieron junto a sus canciones eran los que más le dedicaban piropos y reconocimientos.

"Eres el mejor", "Tu eres único", "Gracias", gritaban algunas cabecitas blancas. Mientras que los más jóvenes dedicaban las letras de las canciones a sus parejas o le ponían enjundia a los coros que José José ya no podía alcanzar y que se ahogaban en las voces de sus coristas y del público.

Hablando de sus demonios, de sus dolencias y sus angustias que son minimizadas gracias a su fe, el intérprete regaló dos popurrís con sus más grandes éxitos en la radio. La reunión también sirvió para que varios gremios le otorgaran medallas, reconocimientos y estatuillas.

Antes de irse del escenario seleccionó los temas de "40 y 20", "Secretos", "La nave del olvido" y terminó con "El Triste", momento que inundó los ojos de algunos. Con casi dos horas de charla, música, recuerdos e historias, el príncipe también se quedó a dar firmas a los que por su entrada y un disco de 125 pesos podrían tener el recuerdo.

Más de 250 personas hicieron fila para poder acceder al momento que los acercaría en directo a su ídolo, al hombre que les regaló canciones para el sountrack de sus vidas.

jlc



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