El vegetariano que mata gente
Desde que era niño jugaba a hacer películas. (Foto: Archivo/EL UNIVERSAL )
cesar.huerta@eluniversal.com.mx
Una de las frases de Sigmund Freud —creador del psicoanálisis— era que “infancia es destino”, refiriéndose a que lo vivido por una persona en sus primeros años, lo predestinaba para el resto de su existencia.
Amat Escalante, el cineasta mexicano reciententemente ganador en Cannes como Mejor Director por Heli, que estrena el viernes, recuerda que tenía siete años cuando jugaba con amigos a hacer películas.
Y tenía nueve al ver El último emperador, donde dos escenas lo impresionaron: la muerte de un ratón al ser estrellado contra una pared y la sangre de las manos de un personaje, junto a lavabos.
Ahora con Heli sigue a un joven envuelto en un mundo violento, donde los traidores son quemados de los genitales, se matan perros o se abusa de niñas, sin dejar de lado la cooperación militar y policiaca en hechos delictivos.
Antes, en Sangre, se había movido en las relaciones crudas y después en Los bastardos, le vuela la cabeza a la protagonista con el balazo de una escopeta.
“Filmo las escenas no porque me atraigan, sino porque me causan repulsión esas imágenes y de alguna manera las exploro para tratar de ver más allá”, dice.
¿Es cierto que no consumes nada animal?
Mis padres son vegetarianos, casi toda mi familia y creci así, sin comer carne, a veces ya soy flexible y como algunas cosas.
Raro que alguien que no consuma carne, muestre escenas sangrientas y la piel destrozada...
Pues sí, es claro eso de que eres lo que comes. Pero soy lo que consumo no tanto de comida, sino de la información que me entra y trato de articularla en las películas y producciones.
Creo que en México estás expuesto en cada esquina a violencia descontextualizada de cierta manera, de accidentes o muertos; seguramente nos ha afectado a todos.
Siendo tu papá un ilegal que cruzó la frontera, a la distancia ¿crees te ayudó ese relato para una visión de la vida?
Uno va creciendo con esas historias. Mi papá sólo se saltó la barda y corrió a un auto donde ya lo esperaba mi mamá, que es estadounidense; mi tía sí tuvo que estar viajando 12 horas en una tubería con ratas.
Son historias que ahí estaban, crecí entre los dos países y siempre tuve presente ese contraste que en mis películas quiero sacar.
¿Se puede vivir del cine?
He tenido la gran suerte de que vivo en Guanajuato y se vive más fácilmente que en el DF. Si hubiera vivído aquí, quizá habría buscado cosas, pero no allá.
Como director cobro sueldo que me alcanza para hacer la próxima y luego hay premios económicos que se ganan, por ejemplo con Sangre gané en Grecia un premio económico de 15 mil euros (unos 300 mil pesos) y así voy.
Eres alguien que ha dicho que tienes baja autoestima ¿de qué sirve eso como realizador?
Es para no pensar que se tiene el control sobre todo, dejar que la vida y las cosas ocurran, sólo puedes convocar y ya. Y eso ayuda a tomar con humildad cualquier proyecto que venga.
¿Te gusta ver tus películas?
No es algo que haga, no me atraería emociones, más bien bajón al verlas (risas).
¿Han existido coqueteos de Hollywood?
Algunas cosas, pero es difícil para mí aventarme a algo de lo que no estoy convencido, me quieren para acción fuerte, pero me siento bien con lo que estoy haciendo e inspira.