En medio de la batalla por la custodia de los hijos de Charlie Sheen y Brooke Mueller trascendió que a los mellizos de cuatro años se les realizarán pruebas para determinar si padecen de Síndrome Alcohólico Fetal.

De acuerdo con Radar Online, Mueller -conocida por sus adicciones al igual que Sheen- accedió a que Bob y Max, de cuatro años, sean monitoreados.

El riesgo de que los pequeños sufran del síndrome es alto, pues Mueller estuvo dos veces en rehabilitación durante su embarazo debido a su adicción a la mentanfetamina cristal, uno de los estimulantes más adictivos, según Radar.

Además, Brooke también ingería grandes cantidades de alcohol, por lo que según personal del Departamento de Servicios a Niños y Familias de Los Ángeles, ella aceptó que los niños sean sometidos a pruebas y monitoreados, pues la vida de los pequeños depende de eso.

Hace unos días Denise Richards, ex esposa de Sheen y quien tenía la custodia de Bob y Max, escribió una carta en la que comentaba que ya no podía hacerse cargo de ellos debido a su conducta violenta.

Las hijas de Richards habían sido "estranguladas, pateadas en la cabeza y el estómago, rasguñadas, mordidas, golpeadas y escupidas" por Bob y Max, quienes daban el mismo trato a los perros en su casa.

Los mellizos nacieron siete semanas antes y Max permaneció en el hospital en terapia intensiva por problemas en el corazón, uno de los síntomas asociados al Síndrome Alcohólico, que también produce problemas de aprendizaje, dificultades para ver y problemas de conducta.

Se presenta cuando la madre consume alcohol y otras sustancias durante el embarazo.

cvtp