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Deshielo avanza: Netflix llega a Cuba

J. Jaime Hernández Corresponsal| El Universal
Martes 10 de febrero de 2015
Deshielo avanza: Netflix llega a Cuba

Niños vestidos como revolucionarios participan en el desfile por el 56 aniversario de la entrada de Fidel Castro en La Habana, en esta imagen del pasado 8 de enero. (Foto: RAMÓN ESPINOSA. AP )

Para acceder se necesita banda ancha y tarjeta de crédito. Desde marzo, las MasterCard de EU podrán usarse en suelo cubano

Washington.— Netflix lanzó ayer en Cuba su servicio de películas y televisión por internet, uniéndose a la lista de compañías estadounidenses que buscan aprovechar el descongelamiento de las relaciones diplomáticas entre Washington y la isla.

En consecuencia, el mismísimo Fidel Castro podría suscribirse para disfrutar de series como House of Cards o Marco Polo, dos de los grandes éxitos de la empresa. Por el momento, sin embargo, sólo podrá accesar a Netflix la reducida lista de cubanos que gozan de banda ancha.

Según fuentes de la empresa, con una población de más de 11 millones en Cuba, el núcleo de privilegiados que tienen acceso a este tipo de conexiones es de poco más de 5 mil. Así, el anuncio posiblemente genere más publicidad para Netflix que nuevos suscriptores.

La audiencia con un servicio de internet suficientemente rápido para acceder a Netflix consta principalmente en directivos internacionales, empleados de medios de comunicación extranjeros y funcionarios del gobierno de alto rango.

En cualquier caso, la empresa mantiene su apuesta por un mercado que dentro de no mucho será de los más vibrantes y atractivos para las empresas estadounidenses.

El 15 de enero, Estados Unidos anunció nuevas normas que buscan aliviar significativamente las sanciones contra Cuba, abriendo el acceso de la isla a una serie de actividades tanto financieras como comerciales y ampliando los permisos de viajes.

Si en la década de los 80 el mercado fue aprovechado por empresas como McDonalds para incursionar más allá de la cortina de hierro a ciudades como Moscú, el deshielo de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba en pleno siglo XXI han convertido a empresas como Netflix en el nuevo buque insignia de este desembarco cultural.

“Queremos aprovechar que en Cuba hay grandes cineastas, una cultura y una producción cultural muy robusta y nos gustaría que Netflix pudiera ofrecer al mundo lo que se crea en ese país”, aseguró Reed Hastings, uno de los cofundadores de Netflix al enfatizar que la empresa desea una relación de ida y vuelta con la isla.

Según aclaró la empresa, el gobierno de Cuba no tendrá ninguna intervención en la selección de materiales que se ofrezcan en su catálogo de películas y programas a un precio de 7.99 dólares al mes, que estarán a disposición de los clientes que cuenten con acceso a tarjetas de pago internacionales.

MasterCard Inc anunció que permitirá que sus tarjetas emitidas en EU sean usadas en Cuba a partir del 1 de marzo, mientras American Express Co también dijo que lanzará operaciones en Cuba.

Aunque el mercado doméstico de Netflix es la principal fuente de ingresos, la expansión de sus clientes en el extranjero se ha convertido en un prometedor nicho de negocios. Hacia fines de 2014, el censo de los suscriptores de Netflix alcanzó la cifra de 57.4 millones. Netflix inició operaciones en Latinoamérica desde 2011.

Rubio, en contra. El senador republicano estadounidense por Florida, Marco Rubio, dijo ayer en Miami que hacer negocios con Cuba representa un “peligro enorme” para los sectores empresariales y bancarios estadounidenses, si Raúl Castro sigue en el poder, al tiempo que opinó que “no habría una verdadera embajada si el régimen cubano condiciona que la disidencia, la sociedad civil cubana no pueden hablar con los diplomáticos estadounidenses”.

Ayer mismo, una delegación de casi 150 estadounidenses que visitan La Habana, convocados por la organización pacifista “Code Pink”, abogaron por el fin del embargo y el cierre de la cárcel de Guantánamo. La directora y fundadora de “Code Pink”, Medea Benjamin, señaló que el viaje pretende demostrar cuánto les importa que se normalice la relación. Con información de agencias



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