El flujo de cubanos que ingresa por vías ilegales a Centroamérica y viaja del sur al norte de América —sin documentos regulares y rumbo a Estados Unidos— es incesante y creciente, pese al deshielo que La Habana y Washington iniciaron en diciembre pasado para normalizar sus relaciones después de más de 55 años de hostilidades bilaterales.

Un total de 4 mil 128 cubanos ingresaron a suelo hondureño en 2014 por la zona fronteriza con Nicaragua, procedentes del sur de Centroamérica, en comparación con los 2 mil 484 de 2013, según la Dirección de Migración y Extranjería de Honduras.

El dato excluye a los que llegan a las costas caribeñas centroamericanas en balsas artesanales que zarpan del litoral cubano y son arrastradas por las corrientes. Un grupo de 35 balseros cubanos arribó el viernes anterior a Isla del Cisne, diminuto territorio hondureño en el norte del Caribe de esa nación, al sur de Cuba y al oeste de Jamaica.

”En estos meses de verano (en Centroamérica) aprovechan que no hay lluvias ni huracanes y corren menor riesgo. Por eso se arriesgan a lanzarse al mar en la búsqueda de llegar a costas de Centroamérica”, dijo el hondureño Amílcar Sánchez, jefe de Migraciones Internacionales de la Dirección de Migración y Extranjería de Honduras.

Más de 100 mil cubanos han salido en los últimos seis años de Cuba por avión hacia Ecuador, que los exime de visa y desde donde emigran por tierra hacia Colombia y Centroamérica en ruta a EU, recordó Sánchez en entrevista con EL UNIVERSAL. Al ser detectados tras ingresar a Centroamérica, buscan solucionar su situación y “equivocadamente primero solicitan asilo político y después protección de refugiados, pero no llenan los requisitos”, narró.

“Por respeto a los derechos humanos y a los derechos del migrante, les damos estatus de ‘razones humanitarias’ para resolver su estadía temporal en Honduras, ya que su destino, en el 99.99% de los casos, es Estados Unidos y siguen camino hacia ese destino”, relató, al confirmar que el mismo trámite ocurre en las demás naciones. “Son personas que, sin recursos, se lanzan en busca de un sueño”, afirmó.

Así, en vez de continuar el proceso, siguen su viaje terrestre a EU. Al tocar suelo estadounidense se acogen a la Ley de Ajuste Cubano, emitida por EU en 1966 y que automáticamente primero les concede permiso para trabajar y luego residencia permanente en esa nación en la que vive la mayoría de la diáspora cubana que ha salido de Cuba tras el triunfo en 1959 de la revolución encabezada por Fidel Castro.

La oleada de indocumentados cubanos ha seguido su curso a pesar de que el proceso de normalización incluye un mecanismo de contención migratoria para desestimular que los cubanos se lancen al mar o hagan arriesgadas travesías por tierra: El incremento de 500 a 2 mil dólares por trimestre del monto que los cubanos pueden enviar a sus parientes en la isla desde el sistema financiero estadounidense y que superaron los 2 mil 700 millones de dólares en 2014.