La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, iniciará mañana una serie de apariciones públicas con su antecesor y mentor, Luiz Inácio Lula da Silva, para frenar la caída de apoyo público a su gestión.

Rousseff participará el viernes en Belo Horizonte (450 kilómetros al norte de Río de Janeiro) en un encuentro del Partido de los Trabajadores (PT, gobernante de izquierda) destinado a establecer la estrategia electoral para los comicios en ese estado brasileño.

El evento será aprovechado por la presidenta, candidata a la reelección por el PT, para aparecer con Lula, el hombre que la promocionó como su sucesora en 2010.

Los actos electorales y políticos de Rousseff junto a Lula, cuya popularidad en Brasil sobrepasa la de la mayoría de los políticos brasileños, deberían sucederse en las próximas semanas en regiones clave para la elección de octubre.

Fuentes del PT informaron que entre los sitios que recorrerán Rousseff y Lula figuran Sao Paulo, Bahía, Paraná, Pernambuco y Río Grande do Sul.

Esta especie de gira conjunta se enmarca en un momento en que la presidenta afronta una caída del apoyo popular, lo que provocó llamados para que el ex presidente sea el candidato del PT en los comicios presidenciales de octubre.

Un sondeo publicado a inicios de este mes señaló que 58 por ciento de los brasileños apoyaría al ex presidente Lula como candidato del PT, por tan solo 37 por ciento de intención de voto para la presidenta.

La popularidad de Rousseff se ha visto impactada por la desaceleración económica, la inflación, la mala gestión en las obras de la Copa del Mundo y los escándalos de corrupción en la petrolera estatal Petrobras, controlada férreamente por el Ejecutivo.

Lula negó repetidas ocasiones volver a presentarse a las elecciones presidenciales, pero algunos analistas aseguran que si los sondeos siguen siendo desfavorables a Rousseff el ex presidente podría cambiar de opinión para que el PT no pierda el poder.




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