Más que una elección, la de hoy en Bolivia se parece mucho a un referéndum para saber si el presidente Evo Morales, de 54 años, tendrá carta blanca para gobernar al país hasta el 2020, o si los bolivianos le marcan límites más estrictos, después de ocho años de gobierno que han coincidido con el despegue económico de la que es una de las naciones más empobrecidas de Sudamérica.

Seis millones 245 mil 959 ciudadanos están llamados a acudir hoy a las urnas para establecer esos parámetros. Todas las encuestas le otorgan la victoria “al hermano presidente”, como las naciones indígenas llaman al mandatario boliviano.

La jornada electoral arrancará a las 08:00 hora local. Los centros electorales funcionarán ocho horas y el escrutinio se iniciará a las 16:00 horas. Por segunda vez se podrá votar desde el extranjero. El primer reporte oficial de los resultados de las elecciones se programó para las 20:00 horas.

Posteriormente, las estaciones de televisión podrán difundir los resultados de boca en urna. Las fuerzas armadas han desplazado a 20 mil efectivos y la policía a unos 30 mil para garantizar la calma.

Uno de los últimos sondeos otorga al jefe de Estado y candidato del Movimiento al Socialismo (MAS) una intención de voto del 59%, aunque él aseguró durante su último acto en Santa Cruz de la Sierra, el pasado miércoles, que espera ganar por el 64%, 10 puntos más que en su primera reelección, en 2009. En la jornada estarán presentes unos 200 observadores internacionales.

En un lejano segundo lugar se ubica el empresario Samuel Doria Media, del Frente de Unidad Nacional, con 19% de intención de voto, luego están el ex presidente Jorge “Tuto” Quiroga (2001 2002), del Partido Demócrata Cristiano, con 9%, y el ex prefecto de La Paz, Juan del Granado, del Partido Sin Miedo, con 3%.

Los electores también deberán elegir 130 diputados (63 uninominales, 60 plurinominales y siete indígenas) y 36 senadores. Con una economía en pleno auge, y que este año volvería a crecer 5% según las previsiones del gobierno y de los organismos internacionales, Evo volvería a contar con mayoría en el Congreso, según todos los sondeos previos, aunque en los papeles aparece difícil que pueda contar con los dos tercios de las dos Cámaras que le ayudarían a volver a reformar la Constitución para una reelección indefinida en el poder.

“Lo que se juega hoy aquí es la posibilidad de tener un gobierno más democrático o entregarle todo el poder a un líder cuyo régimen termine por avasallar de poder”, opinó el analista Carlos Toranzo.

Los tres flagelos

Pero si bien los bolivianos, acostumbrados a sucesivas crisis institucionales en la etapa previa al 2005, cuando Morales consiguió su primer triunfo electoral, apoyan al presidente por su gestión política y económica, ponen el acento en la necesidad de dedicar el próximo periodo presidencial a la solución de tres flagelos que crecen en el país: la inseguridad, la corrupción y el narcotráfico.

En los últimos tiempos en algunos barrios de La Paz aparecieron muñecos de paja colgados, con carteles alusivos a lo que le puede pasar a los ladrones. Esta idea de justicia por propia mano denota cierta ausencia del Estado. Y es que, a decir de Toranzo, la inseguridad es un tema “que el gobierno no pudo o no supo atacar”.

Lo cierto es que el próximo gobierno se posicionará, el próximo 22 de enero, para un mandato de cinco años. Con información de Agencias