Los miles de personas que todavía residen en barrios musulmanes de Bangui, la capital de República Centroafricana, son víctimas de continuos ataques, denunció en un comunicado Human Rights Watch (HRW).

Los musulmanes resisten en la capital al asedio de las milicias cristianas "Anti-Balaka", que desde el pasado diciembre se enfrentan a los partidarios de los ex rebeldes de Séléka, de mayoría musulmana, sin posibilidad de huir a otras áreas del país.

Desde el pasado sábado, los grupos "Anti-Balaka" y otros milicianos vestidos con el uniforme del Ejército nacional han matado a al menos ocho residentes musulmanes y herido a otros en Bangui.

HRW considera que el gobierno de transición de República Centroafricana, con el apoyo de la comunidad internacional, debería responsabilizarse de estos ataques y aumentar la protección de la minoría musulmana.

Mientras, la organización instó a la Unión Europea a cumplir urgentemente con su ofrecimiento de enviar fuerzas de paz al país.

"Muchos residentes se encuentran atrapados. Se arriesgan a ser linchados o atacados en la calle si intentan ir a otro barrio o salir de Bangui", alertó Philippe Bolopion, responsable de HRW para asuntos de Naciones Unidas.

Los centroafricanos musulmanes se han visto obligados a desplazarse de forma masiva desde que las milicias "Anti-Balaka" se alzaran en armas en diciembre contra los ex rebeldes de Séleka, que habían llegado al poder del país, mayoritariamente cristiano, mediante un golpe de estado el marzo anterior.

Las milicias cristianas buscan venganza por los abusos cometidos por el grupo Séléka mientras estuvo en el gobierno del país, liderado por Michel Djotodia.

La situación en Bangui es muy tensa en la actualidad, con fuerzas "Anti-Balaka" bloqueando las carreteras hacia el aeropuerto o atacando a las tropas francesas y de la Unión Africana desplegadas en la capital.

Al menos cuatro soldados de la misión de paz de la Unión Africana fueron heridos por milicianos cristianos el pasado fin de semana, según la organización panafricana.

De los 124 mil musulmanes que habitaban el barrio de Kilómetro 5, solo 10 mil siguen residiendo en esta zona de la capital, donde permanecen prácticamente sitiados.

Otros 3 mil musulmanes están atrapados también al norte de la ciudad, en un campo de desplazados improvisado donde son hostigados por los "Anti-Balaka" pese a que soldados de paz franceses y congoleses tienen su base a apenas un kilómetro de distancia

Desde diciembre de 2013 la violencia sectaria y religiosa ha forzado la huida de casi un millón de personas, de las cuales más de 650 mil son desplazados internos y cerca de 300 mil se refugian en países vecinos, especialmente en Chad y Camerún.

jlc