Un convoy de refugiados fue hoy bombardeado con un misil cerca de la ciudad de Lugansk, en el este de Ucrania, causando la muerte de decenas de personas, incluidos mujeres y niños, en un ataque en el que los rebeldes y las fuerzas ucranianas se culpan.

El portavoz del Ejército ucraniano, Leonid Matiújin, informó que el ataque se llevó a cabo cerca de las aldeas de Jriaschevatoye y Novosvetlovka, en Lugansk, y que por ahora se trata de determinar el número exacto de víctimas, según la agencia Interfax-Ucrania.

"Hay un gran número de víctimas" , pues las personas murieron quemadas en los automóviles en los que viajaban porque no tuvieron tiempo para salir de sus vehículos, explicó por su parte el vocero del Comando Operacional Sever, Anatoli Proshin.

Fuentes militares ucranianas indicaron que esta columna de refugiados se formó bajo las órdenes del Ejército con el objetivo de evitar víctimas entre la población civil, ya que en esta zona se registran cruentos combates.

Ucrania acusó a los rebeldes prorrusos de haber disparado contra el convoy, sin embargo los separatistas niegan toda responsabilidad y tacharon las acusaciones de Kiev de "burda propaganda".

"Por supuesto que nadie ha disparado contra los refugiados. No hay ninguna prueba documental. Las acusaciones no se sostienen con nada", dijo el vocero de los separatistas, Konstantin Knirik.

El viceprimer ministro de la autoproclamada República Popular de Donetsk, Andrei Purgin, aseguró que las fuerzas separatistas no tienen la capacidad militar para llevar a cabo un ataque de ese tipo.

Lugansk, sitiada desde hace semanas por las fuerzas gubernamentales y escenario de severos combates entre los dos bandos, "está al borde de la catástrofe, pues carece de alimentos, agua y electricidad.

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