"Vinimos hasta El Vaticano para ver si el Papa obra el milagro y se logra destrabar el debate por la reforma migratoria en Estados Unidos", dijo el coordinador de la coalición Derechos Plenos para los Trabajadores Migrantes en la Unión Americana, Juan José Gutiérrez.

El activista originario de Tuxpan, Jalisco, pero naturalizado estadunidense, es uno de los organizadores del viaje que una delegación de mexicanos realizó a Roma, donde se reunirán con el pontífice mañana miércoles.

En entrevista, Gutiérrez dijo confiar en el impacto positivo del Papa Francisco, cuya autoridad moral puede generar el movimiento que se necesita para desatorar el empantanamiento parlamentario con respecto a la reforma.

Aseguró que, ante todo, agradecerán al líder católico por sus constantes proclamas a favor de los derechos de todos los seres humanos, especialmente los migrantes, sin importar su estatus legal.

"Le solicitaremos que en la visita de Estado del presidente Barack Obama al Vaticano no quede fuera de la agenda el tema de la inmigración en Estados Unidos, como se había anunciado", indicó.

"Que se converse, que se le pregunte al presidente si él realmente está a favor de una reforma migratoria. Ya no es aceptable que se continúe arrestando y deportando números récord de trabajadores indocumentados", agregó.

La mañana de este miércoles llegarán hasta la Plaza de San Pedro dos grupos de inmigrantes, uno procedente de Los Ángeles compuesto por 16 personas, y el otro de Chicago de 12 personas.

Los grupos se conocieron en Roma. Su encuentro con el líder católico tendrá lugar la víspera de la primera audiencia privada entre Jorge Mario Bergoglio y Obama, prevista para la mañana del jueves próximo en el Palacio Apostólico.

"Como fieles católicos venimos a pedirle al Papa su bendición para que, cuando volvamos a Estados Unidos estemos cargados de esa energía para dar el empujón final a la reforma migratoria", añadió Gutiérrez.

Francisco Moreno, director de comunidades del Consejo de Federaciones Mexicanas de Norteamérica, precisó a su vez que el principal objetivo de su visita es solicitar al pontífice su mediación para que se ponga un freno a las deportaciones masivas de inmigrantes en Estados Unidos.

Estimó que más de mil personas son deportadas diariamente de ese país, lo cual asciende aproximadamente a más de dos millones de familias afectadas.

Advirtió que la mayoría de los deportados son buenas personas y no criminales, padres de familia que por el simple hecho de no tener una identificación son detenidos por la policía, llevados a la cárcel y expulsados inmediatamente del país.

"Con Obama no ha cambiado la situación, nosotros lo apoyamos para que ganase sus dos mandatos, el 70% del voto latino confió en él en este segundo término y él nos prometió una reforma migratoria en los primeros 100 días de su mandato, algo que no cumplió", señaló Moreno.

"A él le gustan mucho las declaraciones políticas, pero a quienes votamos por él nos está fallando. Queremos que cumpla estas promesas, es obvio que tiene muchas presiones pero nosotros queremos que use su poder para frenar las deportaciones", apuntó.

Entre otras cosas, el grupo le entregará al Papa un total de mil 500 cartas escritas por niños hispanos, hijos de inmigrantes ilegales.

En la delegación que saludará al pontífice destacan dos de estos menores, Jerzy Vargas, de 10 años, y Carla Pérez, de 15, cuyos padres, Claudia Navarro y Daniel Pérez, afrontan un proceso de deportación.

"Vine aquí para pedirle a nuestro Papa Francisco que interceda por nosotros ante el presidente Obama, para que se toque el corazón y finalmente nos dé la reforma migratoria que tanto hemos estado esperando por tanto tiempo", dijo Carla.