Manifestantes vuelven a la zona desalojada en Hong Kong
Video. Policías agreden a manifestante; graban video
Los manifestantes en Hong Kong se han negado a evacuar las zonas desalojadas en la madrugada de hoy por la Policía y han vuelto a reconstruir las barricadas desmontadas por las autoridades para seguir con su lucha por la democracia, de la que ya se cumplen veinte días.
El dispositivo policial, en el que participaron cientos de agentes, llevado a cabo a primeras horas del viernes para restablecer el tránsito en el barrio hongkonés de Mong Kok, topa ahora con cientos de manifestantes que a media tarde amenazaban con reconstruir las barricadas y devolver el movimiento prodemocrático a sus calles.
Antes de que amaneciera, numerosos agentes, protegidos con equipos antidisturbios, rodearon al medio centenar de manifestantes que pasaban la noche a la intemperie, mientras cientos de policías comenzaban a retirar las barricadas, tiendas de campaña, sombrillas y hasta santuarios que habían sido instalados en el populoso barrio de Mong Kok.
Los agentes utilizaron camiones con grúas para retirar los asentamientos de los manifestantes y, en menos de dos horas, el tráfico volvía a circular por el barrio después de casi tres semanas desde que el movimiento Occupy tomara varios cruces en la principal vía de este barrio para exigir al Gobierno democracia real en 2017, la fecha prevista para las elecciones de la isla.
Los manifestantes, que no opusieron resistencia a la actuación policial esta madrugada, sí se negaron a abandonar por completo las calles durante el día.
Para muchos, Mong Kok es un símbolo del movimiento, un barrio de clase obrera, alta actividad comercial y que cuenta con una de las mayores tasas de densidad de población del mundo, que dio cobijo a manifestantes de todas las edades y estratos sociales.
"Mong Kok es el símbolo de esta protesta, aquí llegan a diario miles de ciudadanos, en su mayoría chinos de la parte continental, a quienes les hemos dado a conocer cómo es su Gobierno y qué podemos hacer nosotros los ciudadanos para defendernos de él; por esa razón el movimiento no debe abandonar estas calles" , explicó a Efe Antonio Lu, un programador de juegos informáticos.
Lu se encontraba entre el medio centenar de manifestantes que, a comienzos de la mañana, se hicieron con un tramo de la calle Nathan, -la vía que atraviesa el distrito de Kowloon-. A ellos se fueron sumando más ciudadanos, que volvieron a instalar tiendas de campaña, obligando a los agentes a acordonar un espacio para ellos en la calle.
En esta situación, se volvieron a producir nuevos y continuos enfrentamientos entre manifestantes y opositores al movimiento prodemocráctico.
"La Policía les ha echado esta mañana. No deberían estar de nuevo ahí, queremos nuestro barrio para nosotros no para un grupo de estudiantes que no tienen nada más que hacer" , declaró a Efe Miriam Leng, una empleada de un salón de belleza de la zona.
La de Mong Kok es la tercera operación policial efectuada en tres días para restablecer el tráfico en las zonas ocupadas por el movimiento Occupy, que lleva 20 días de sentada en tres puntos de la ciudad, en demanda de la libre elección de candidatos para las elecciones al jefe de Gobierno de Hong Kong para 2017.
Además, se produce un día después de que el jefe del Ejecutivo local, Leung Chin-Yung, anunciara la disposición del Gobierno de dialogar con los estudiantes, si bien insistió en que no se puede reformar el sistema de elección previsto por Pekín, por el que los ciudadanos de Hong Kong elegirán a su líder entre candidatos preseleccionados por el régimen.
El movimiento Occupy Central, una de las tres cabezas visibles de las protestas prodemocráticas, puso en duda la sinceridad mostrada ayer por el Gobierno para acometer el diálogo después de que ordenara el desalojo de Mong Kok, según precisaron en un comunicado.
"No es razonable que el Gobierno exija a los estudiantes abandonar primero sus posiciones antes de entablar el diálogo" , indica el texto.
El Ejecutivo hongkonés fijó para comienzos de la próxima semana comienzo del diálogo entre las autoridades y los estudiantes sobre la reforma electoral, un debate que se prevé difícil pues ambos lados parten desde frentes opuestos.