Las autoridades ucranianas y los separatistas prorrusos se acusaron hoy mutuamente de ataques contra sus posiciones en el este del país, donde rige una tregua desde el pasado martes.

El mando militar ucraniano informó hoy de que las milicias rebeldes atacaron hasta en 14 ocasiones localidades en las regiones de Donetsk y Lugansk, en su mayoría con armas ligeras, aunque en un ocasión utilizaron lanzaderas de misiles Grad.

Además, señaló que las fuerzas gubernamentales mantienen sus posiciones y se abstuvieron de responder durante las últimas 24 horas al fuego enemigo, según informan medios locales.

Por su parte, los separatistas denunciaron una decena de ataques por parte de las fuerzas leales a Kiev, tanto con mortero, como con ametralladora e incluso con tanques.

Uno de los objetivos de esos ataques fue la localidad de Yenakievo, lugar de nacimiento del derrocado presidente Víktor Yanukóvich situada a 50 kilómetros de la capital regional, Donetsk, principal plaza fuerte rebelde.

En ninguno de los ataques, tanto por parte de las fuerzas gubernamentales como de los insurgentes, se registraron muertos o heridos, según medios locales.

La OSCE, que ha advertido que la zona de separación entre ambos bandos sigue siendo peligrosa pese a la tregua, emitió anoche un comunicado en el que insta a Kiev y a los rebeldes a cumplir los acuerdos de paz de Minsk.

El presidente de turno de la OSCE, el suizo Didier Burkhalter, advirtió contra el cumplimiento de sólo una parte del Memorándum de Paz del 19 de septiembre, que incluye la retirada del armamento pesado de una zona de seguridad de 30 kilómetros de ancho.

La OSCE llamó a Kiev y a los representantes de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk a reanudar lo antes posible las negociaciones en la capital bielorrusa.

prv