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José Vales Desde el Cono Sur

José Vales / Corresponsal| El Universal
06:00Buenos Aires- | Lunes 17 de marzo de 2014
Tsunamis y otras cuestiones

A Michelle Bachelet, en el 2007, un tsunami la despidió del poder y ahora una alerta de un nuevo fenómeno climatológico la recibe. Desde el domingo la alerta seguirá en pie, para un gobierno que lleva días y que de hecho comenzó en estado de alerta para que la situación social del país no se deteriore. De allí, la propuesta de profundos cambios con la que la presidenta llegó al poder y que por estos días sigue generando grandes expectativas.

Expectativas de otra magnitud son las que genera la presidenta argentina, Cristina Kirchner, quien hoy visitará al Papa Francisco y en las próximas horas la espera París y el Salón Literario, pero también su colega, Francois Hollande, con quien espera abordar el tema de la deuda argentina con el Club de París, que ya tiene fecha de negociación.

Detalles de la agenda de la presidenta que no contemplan siquiera, los más graves problemas por el que atraviesa su gobierno por estas horas. La inflación y la inseguridad. Los asesinatos por delitos comunes son moneda corriente en el gran Buenos Aires y los casos por narcotráfico crecen al ritmo del rafting de la serie "el Patrón del Mal", sobre la vida del líder del Cartel de Medellín, Pablo Escobar. Una serie que le viene a los funcionarios gubernamentales y dirigentes de la oposición para hacer un curso acelerado sobre narcotráfico. Un flagelo que ya puso la cimiente en un país, sin instituciones, sin fuerzas de seguridad y sin una clase política, preparada para enfrentarlo.

Asesinatos de ciudadanos colombianos a manos de sicarios, fronteras altamente porosas por Bolivia y Paraguay, ausencia absoluta de radares, enfrentamientos entre bandas, como ocurrió en la ciudad santafecina de Rosario, o amenazas a periodistas, por la que atravesaron los trabajadores del Diario El Sol de Mendoza, conforman un incipiente universo narco en la Argentina, que aún se ríe y reproduce los corridos mexicanos dedicados a la reciente detención de Joaquín "El Chapo" Guzmán.

Por eso en la Argentina parece que nada alcanza. A la presidenta no le servirá de mucho pedirle, hoy, a su compatriota el Papa, que interceda con Barack Obama (a quien recibirá el próximo 27) para frenar las presiones contra el país en sus pleito por los bonos de deuda externa con los fondos buitres o con Hollande, ante el Club de París. Debería pedirle a sus pares de México y Colombia, ahora que aún hay tiempo, qué hacer y qué no hacer a la hora de enfrentar al narcotráfico, antes que seguir revisando en Youtube, los capítulos atrasados de "El patrón del mal".

Si bien todas las miradas del mundo se dirigen a Crimea y a la reformulación del nuevo mapa mundial que por allí podría comenzar a gestarse, aún hay tiempo para dedicarle a la alerta de tsunami social que sigue encendida en Venezuela, gracias a los desatinos de Nicolás Maduro en Venezuela. Al frente de un régimen cada vez más represivo, Maduro copó militarmente la Plaza Altamira, bastión central de los estudiantes y la oposición, justo cuando las encuestas le juegan abrumadoramente en contra. Ni los manifestantes están dispuestos a ceder, ni el gobierno a moderarse. Por eso el silencioso gobierno de Dilma Rousseff, puso andar una estrategia, de acuerdo con los países del Unasur y con la anuencia del Departamento de Estado. Una mediación entre el gobierno y la oposición para alcanzar la paz en Venezuela. De eso justamente quiere hablar el Sumo Pontífice hoy con Kirchner. De prosperar la iniciativa, el secretario de Estado Vaticano, Pietro Parolín, quien conoce profundamente todo sobre Venezuela, se encargaría personalmente de la mediación. No en vano, hasta octubre
pasado, fungió como Nuncio Apostólico en Caracas. No será una tarea menos. La agenda de la Unasur, con una visita de cancilleres a Caracas la primera semana de Abril, parece acoplarse a la posibilidad de esa gestión vaticana. Una gestión, que de concretarse, no da para creer en milagros, pero si en la sagacidad política del un hombre extremadamente político como Jorge Bergoglio y en la necesidad de que los venezolanos, encuentren de una vez el rumbo.



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