En una jornada de extrema tensión, el ex alcalde de Chacao, Leopoldo López, se entregó ayer a las autoridades venezolanas cuando intentaba marchar al frente de las columnas de estudiantes que colmaron la plaza de Chacaíto y fueron retenidas y rodeadas por los tanques de la Guardia Nacional.

López cumplió su palabra, dada en la víspera cuando convocó a la marcha. Arrancó a la cabeza de la manifestación, pero en pocos minutos fue detenido por efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana, que lo trasladaron al Palacio de Justicia. Allí esperó a que se cumpliera la orden presidencial de trasladarlo a un penal en el interior, hasta donde fue acompañado, en una situación por demás fuera de lo común, por el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, a fin de “garantizarle su vida”.

“En estos momentos el compañero Diosdado (Cabello) se dirige él manejando su carro. Está llevando a una cárcel fuera de Caracas a Leopoldo López para que responda ante la justicia. Para que ustedes vean que hace una revolución para garantizar la paz, nosotros terminamos cuidando la vida de Leopoldo López”, dijo el presidente Nicolás Maduro en un acto con simpatizantes en el Palacio de Miraflores.

Allí, el jefe de Estado manifestó que en horas de la madrugada se había llegado “a un acuerdo amigable para cumplir la ley” entre el gobierno “y Leopoldo López aceptó entregarse en paz a la justicia venezolana”. Unas horas antes, al anunciar la detención ante la manifestación de chavistas que buscó impedir la movilización opositora, Maduro había exclamado: “El líder fascista está en manos de la justicia”.

Poco antes de ser detenido, López, un economista de 42 años ex alcalde de Chacao y contrincante en las filas de la oposición de Henrique Capriles, hizo una arenga ante la multitud que pugnaba contra los guardias nacionales y sus tanques. “Si mi encarcelamiento vale para el despertar de un pueblo, para que Venezuela despierte definitivamente y que la mayoría de los venezolanos que queremos cambio podamos construir ese cambio en paz y en democracia, entonces vale este encarcelamiento infame”.

Mientras la comandancia general de las Fuerzas Armadas ratificó su lealtad a la Constitución al rechazar “cualquier intento” de la toma del poder presidencial y cualquier gobierno “que llegue por una vía no constitucional”, varias voces en todo el mundo llamaron a recobrar el diálogo en Venezuela.

Una de ellas fue la del presidente colombiano, Juan Manuel Santos, quien en la tarde había instado a las partes en pugna “a recobrar un mínimo diálogo”. La respuesta no se hizo esperar y Maduro afirmó que “me va a venir a dar lecciones de democracia a mí el presidente Santos, cuando lo que yo estoy haciendo es defender a Venezuela”. “Se volvió a equivocar otra vez”, el presidente Santos, concluyó Maduro.

El ex presidente colombiano Álvaro Uribe, candidato al Senado en su país y acusado por Maduro de instigar la violencia en Venezuela, dijo que el mundo debe exigir la libertad inmediata de López.

Anoche en Caracas y en varias ciudades del país se mantenían cortes de arterias y concentraciones de estudiantes más expectantes que activos tras una jornada cargada de tensión. La organización Human Rights Watch (HRW) exigió por su parte al gobierno de Venezuela la liberación “inmediata e incondicional” de López, dijo José Miguel Vivanco, director de HRW para las Américas. (Con información de agencias)