WASHINGTON.— En una carrera contrarreloj, demócratas y republicanos intentaban ayer empujar la iniciativa para autorizar los fondos de emergencia solicitados por el presidente Barack Obama para enfrentar la crisis humanitaria de los niños migrantes, antes del inicio del receso legislativo el próximo viernes.

El senador republicano por Alabama, Jeff Sessions, elevó el listón de las condiciones para autorizar los fondos solicitados, que los republicanos han encogido de 3,700 a sólo 1,000 millones de dólares, condicionándolos a la prohibición para que Obama emita órdenes ejecutivas, para desbloquear una reforma migratoria.

Sessions opina que ningún legislador debe apoyar proyectos que no incluyan la prohibición explícita de órdenes ejecutivas. “El Congreso debe excluir cualquier posibilidad de que estas acciones ejecutivas ilegales vuelvan a producirse antes de conceder cualquier financiamiento”, acotó el senador.

Desde el momento en que la Casa Blanca solicitó unos fondos de emergencia por 3,700 millones de dólares el pasado 8 de julio, la mayoría republicana en la Cámara Baja ha insistido en que los fondos se autorizarán, siempre y cuando se contemple el envío de más efectivos de la Guardia Nacional a la frontera.

Además, exigen enmiendas a la Ley para Proteger a Víctimas del Tráfico de Personas de 2008 (TVPRA). “El cambio a la ley de refugiados de 2008 es esencial”, aseguró ayer el republicano por Texas, Michael McCaul, presidente del Comité de Seguridad Interna de la Cámara Baja.

En caso de que la iniciativa impulsada por los republicanos sea aprobada antes del viernes, difícilmente prosperará en el Senado, donde los demócratas ya trabajan sobre una iniciativa por 2,700 millones de dólares que, además, no contempla ninguna enmienda a la ley para proteger a las víctimas de tráfico de personas, ni un envío adicional de contingentes de la Guardia Nacional.

La propuesta demócrata podría enfrentarse a los intentos de bloqueo de los republicanos.

Activistas y legisladores que tuvieron reuniones por separado el viernes dijeron que el gobierno de Barack Obama planea actuar antes de las elecciones legislativas de noviembre para otorgar permisos de trabajo a quizá millones de inmigrantes que se encuentran en Estados Unidos sin autorización, lo que les permitiría permanecer en el país sin la amenaza de ser deportados.

Se sopesa un amplio rango de opciones, incluidos cambios en el sistema de deportación y formas de otorgarle a ciertas poblaciones específicas del país una exención para que no sean deportadas, probablemente mediante la expansión del Programa de Acción Diferida.

Para el mandatario, las repercusiones políticas de un decreto osado sobre inmigración podrían ser impredecibles, y extremas. (Con información de agencias)