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Putin, la pesadilla de Obama

J. Jaime Hernández / Corresponsal| El Universal
Martes 25 de marzo de 2014
Putin, la pesadilla de Obama

ENFRENTADOS. Los presidentes de EU, Barack Obama, y de Rusia, Vladimir Putin durante una cumbre del G-8 en 2013. (Foto: ARCHIVO REUTERS )

La crisis en Ucrania ha generado críticas al líderazgo del inquilino de la Casa Blanca, mientras su par ruso se fortalece

Cuando la revista Forbes designó en octubre pasado a Vladimir Putin, como el hombre más poderoso del planeta, era difícil pensar que cinco meses más tarde el presidente ruso se encargaría de demostrar al mundo los alcances de ese poder incontestable con la fulminante anexión de la península de Crimea.

Tras la firma del decreto que convierte a Crimea y al puerto de Sebastopol en una extensión de la Federación Rusa, Putin se dio incluso el lujo de bromear con la apertura de una cuenta en los bancos que han sido puestos en la lista negra por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, como parte de las sanciones anunciadas por el presidente Barack Obama para tratar de arrinconar al líder ruso.

“He pedido que me abran una cuenta en el Rossiya Bank para que me transfieran ahí mi salario mensual”, dijo Putin con una sonrisa de oreja a oreja.

Tras un asalto que ha sido ganado por el nocaut de Putin en Ucrania, la designación de la revista Forbes ha dejado de ser un ejercicio meramente especulativo. De hecho, la desginación cobró un carácter más verosímil y, seguramente, más insultante para quienes desde EU se niegan a aceptar la debacle de su poderío y el desplazamiento de su presidente a la calidad de segundón dentro de la lista de los hombres más poderosos del planeta.

En medio de la crisis en Ucrania, “todo lo que hemos obtenido de esta administración es puro aire”, aseguró el influyente columnista, Charles Krauthammer. “El verdadero problema es que [el próximo paso de Putin] podría ser un ataque en el resto del este de Ucrania. Y no hay nada que Obama haya hecho para disuadir a Putin”, añadió.

Desde una posición menos airada, analistas como Ted Piccone, del Brookings Institution, reconocen la evidente crisis del liderazgo de Obama en la escena internacional.

“Los ciudadanos en EU se encuentran desilusionados al comprobar que su liderazgo tradicional naufraga hoy con una política exterior muy tentativa y plagada de dudas”, señaló Piccone.

Ya en septiembre pasado Obama había sufrido un revés, cuando Putin propuso y logró un acuerdo con Siria para que entregara su arsenal de armas químicas,

Nunca antes desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, EU había enfrentado una cascada de desafíos simultáneos para poner a prueba su liderazgo en todo el mundo. Tras el estallido de una guerra civil en Siria, la anexión rusa de Crimea ha vuelto a poner a Obama en el disparadero de quienes, desde casa, le acusan de medroso e incapaz frente al embate del presidente ruso.

Apenas en enero pasado, un grupo de expertos de Brookings Institution elaboraron un bosquejo con los posibles desafíos de Obama en materia de política exterior en 2014. La lista estaba encabezada por posibles crisis en Irán, Corea del Norte, la creciente confrontación con China, el repliegue de las tropas de EU en Afganistán y la guerra siria.

Nadie, sin embargo, pudo anticipar la crisis derivada de una revuelta social en Ucrania que se ha saldado con la anexión rusa de la estratégica península de Crimea.

En el ámbito de la ciencia política y social, el experto en las matemáticas y el estudio de la probabilidad Nassim Taleb acuñó el término “cisne negro” para describir un evento aleatorio e impredecible que marca un antes y un después en la historia.

Aunque los expertos del Brookings no descartaron la eventualidad de un “cisne negro” en 2014, ninguno fue capaz de vaticinar la crisis que trajo consigo una revuelta social en Ucrania y la subsiguiente anexión de Crimea. Un acontecimiento que ha conseguido descarrilar la política exterior de EU.

Tras las fallas estratégicas de George W. Bush en Irak y Afganistán —de donde EU se repliega más de una década más tarde sin haber sofocado el caos de una guerra permanente—, la herida en el costado del imperio estadounidense se ha desgarrado de nueva cuenta por culpa de la crisis en Ucrania.

Y, al igual que ocurrió en 2008, cuando Putin encendió la mecha de la secesión en Osetia del Sur y Abjazia, para evitar la incorporación de Georgia a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), el entonces presidente, George W. Bush, fue incapaz de someter al líder ruso con una batería de sanciones que, con el tiempo, perdieron fuerza y vigencia.

A pesar que fue durante la presidencia de Bush cuando cayó por tierra el mito de la invencibilidad de EU y que durante la de Obama ha quedado más en evidencia la crisis de liderazgo estadounidense en el mundo, la mayoría de los analistas coinciden en señalar que aún es muy pronto para emitir el acta de defunción del imperio de EU.

“Estados Unidos sigue siendo el Estado más poderoso del mundo, militar y económicamente. Su gasto en defensa es mayor que el de los doce estados combinados que le siguen en la lista. Tiene bases y las fuerzas estacionadas en la mayoría de los países del mundo, desde Libia hasta Paquistán.

Por el contrario, Rusia sólo tiene una instalación militar en las afueras de la antigua Unión Soviética: en Siria, consideró el analista británico Seumas Milne, para poner en perspectiva la crisis de liderazgo internacional de Obama en un mundo donde el poder y la opinión de EU sigue pesando mucho, a pesar del desafío de personajes como Putin, un hombre que ha conseguido ganar un asalto en Ucrania, pero que difícilmente podrá reclamar el papel de sepulturero del imperio estadounidense en el corto plazo.



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