Washington.— Arrinconado por la presión interna, el presidente Barack Obama nombró ayer un “zar” para manejar la crisis del ébola pero, ante las críticas republicanas, tuvo que defender de inmediato las credenciales del funcionario, mientras en el Pentágono se vivían escenas de pánico cuando una mujer que viajó recientemente a África vomitó en el estacionamiento.

El nuevo zar antiébola es Ron Klain, quien fungió como jefe de gabinete del vicepresidente Al Gore en el gobierno de Bill Clinton y del actual vicepresidente Joe Biden durante la primera administración de Obama; fue asesor legal en jefe del Comité Judicial del Senado. Tras dejar el gobierno, Klain se convirtió desde 2011 en presidente de la compañía de inversiones Case Holdings, con sede en Washington.

El vocero presidencial Josh Earnest explicó que el nuevo zar federal contra el ébola responderá directamente ante las asesoras presidenciales de Seguridad Nacional Susan Rice y Lisa Monaco y su trabajo será “asegurarse de que los esfuerzos para proteger a los ciudadanos estadounidenses mediante la detección, aislamiento y tratamiento de pacientes con ébola en el país estén adecuadamente integrados”.

Desde las filas republicanas se cuestionó la experiencia de Klain para manejar una crisis como la del ébola, a lo que Earnest replicó que “lo que buscamos no es un experto en ébola (sino) en implementar programas y eso es exactamente lo que Ron Klain es”. “Confiamos en que alguien como Klain cuenta con las credenciales de gestión dentro y fuera del gobierno; tiene un contundente historial de aplicación de complejas políticas públicas”, insistió.

Con las elecciones legislativas del 4 de noviembre a la vuelta de la esquina, Obama ha tenido que enfrentar el embate de candidatos del Partido Republicano al Congreso, quienes no sólo han cuestionado su desempeño, sino que le exigen restringir la llegada a Estados Unidos de pasajeros provenientes de los tres países africanos más afectados por el ébola: Liberia, Guinea y Sierra Leona.

El representante republicano Cory Gardner de Colorado rechazó el argumento de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de que prohibir la llegada de viajeros por aire provenientes de África occidental alentaría a la gente a ingresar a EU por métodos más difíciles de rastrear. “Es como decir que todos los niños con varicela deberían quedarse en la escuela para que sepamos dónde están”, señaló.

La crisis de pánico que golpea a EU desde que se reveló la noticia de que dos enfermeras que atendieron al liberiano Thomas Duncan, fallecido por ébola el pasado 8 de octubre en el Hospital Presbiteriano de Dallas, empeoró ayer cuando los medios difundieron imágenes de personal con trajes diseñados para amenazas biológicas aislando el estacionamiento del Pentágono, donde vomitó una mujer.

El portavoz del Pentágono, teniente coronel Tom Crosson, dijo que se aplicó de inmediato el Protocolo para Enfermedades Infecciosas, por lo que el tránsito vehicular y de peatones fue suspendido en los 17 carriles del enorme estacionamiento del lugar.

Una entrada al edificio fue cerrada temporalmente. El Buró Federal de Investigaciones (FBI) investiga el viaje de la enferma, que se sintió mal cuando viajaba en un minibús que trasladaba a invitados a una ceremonia en el Pentágono. Se desconoce si ella era invitada. El incidente ocurrió cuando se bajó del minibús.

Ayer se informó que la enfermera contagiada Nina Pham está “de buen ánimo” en el Centro Clínico de los Institutos de Salud en Bethesda, Maryland. Con información de Agencias