aviso-oportuno.com.mx

Suscríbase por internet o llame al 5237-0800




Gira pastoral con tintes políticos

Jana Beris / Corresponsal| El Universal
Sábado 24 de mayo de 2014
Junto al fin ecuménico, destacan en el viaje de Su Santidad las reuniones con líderes jordanos, palestinos e israelíes

JERUSALÉN.— “Temo que cada lado trate de aprovechar la visita del Santo Padre para alegar que le apoya”, dijo a EL UNIVERSAL el padre Andreas Fritsch, administrativo en la Oficina de Información Cristiana aledaña a la puerta de Jaffa en la Ciudad Vieja de Jerusalén.

“Lo querrán hacer los palestinos y también los israelíes, pero en realidad, el Papa viene más que nada para los cristianos”.

En vísperas del arribo del papa Francisco a Medio Oriente, claro está que un mosaico de diversas expectativas le aguarda.

El objetivo principal del viaje es ecuménico, destinado a fortalecer la unidad interna de la Iglesia, lo cual quedará simbolizado en el encuentro entre el jefe de la Iglesia católica y el Patriarca de Constantinopla, nada más ni nada menos que en el Santo Sepulcro.

En opinión del Vicario del Patriarcado Latino, padre Artemio Vítores, “los cristianos en Tierra Santa esperan una señal clara de esperanza, que es lo que está faltando por aquí”. En tono crítico y de lamento, comentó “con tristeza” que por el cierre hermético de las calles en Jerusalén durante la estadía del Papa —como medida de seguridad de parte de Israel—, “los cristianos están decepcionados de que no podrán ver a su Padre”. Los cristianos locales esperarían tener mayores posibilidades de encuentro con el Papa, pero salvo los afortunados que puedan llegar a la misa en Belén, no habrá casi encuentros directos. La corta agenda no ayuda y los cuidados de Israel, que algunos consideran exagerados, tampoco.

Originalmente, el único objetivo de la peregrinación era ecuménico, el esfuerzo destinado a lograr mayor cohesión dentro de la Iglesia. Pero los asesores del Papa le recordaron que además de jefe de la Iglesia, es jefe de Estado, del Vaticano, lo cual sumado a las varias invitaciones que recibió de parte del rey de Jordania, el presidente y el primer ministro de Israel y el presidente palestino, llevó a ampliar el marco. A la peregrinación religiosa, se sumaría pues la dimensión política.

“La visita del papa Francisco será el tercer peregrinaje papal a Jerusalén en 15 años”, escribió Akiva Tor, Jefe de la Oficina de Asuntos Judíos Mundiales y Religiones en el Mundo en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel, destacando que el Sumo Pontífice se reunirá con el presidente Shimon Peres y el premier Benjamin Netanyahu.

El lado israelí considera de gran importancia la buena relación con la Santa Sede, a 22 años de firmarse el acuerdo entre las partes, aunque varios temas —fiscales y de otra índole— aún están siendo negociados. A la parte política, de reconocimiento del Estado de Israel, se agrega de fondo el gran cambio que hubo en la actitud de la Iglesia católica hacia el pueblo judío y ambas cosas, inevitablemente, se mezclan cuando de Israel se trata.

Esto no significa, en absoluto, que todo sea concordancia. Uno de los puntos en los que la discrepancia es más clara se refiere a Jerusalén, que a ojos del Vaticano debe ser una entidad especial que sobrepase las soberanías nacionales, mientras que para Israel, es su capital. Respondiendo a un evidente intento de mantener equilibrios diplomáticos, dado que el Vaticano no reconoce a Jerusalén como capital de Israel, aunque sí al Estado de Israel, las reuniones con las autoridades (Peres y Netanyahu) serán en la capital, pero la recepción oficial al Papa será en el aeropuerto internacional Ben Gurion, aledaño a Tel Aviv.

Esto, a pesar de que el Papa llega a Israel proveniente de Belén, que se halla del lado palestino, de donde sale en helicóptero. Dada la inmediatez geográfica entre ambas ciudades, llevaría sólo pocos minutos salir del helipuerto ubicado al sur de Belén y aterrizar en Jerusalén. Pero Francisco recorrerá por aire, como alternativa, toda la distancia hacia el aeropuerto para hacer por allí su entrada a Israel.

“Esta es una señal muy importante para nosotros”, afirma Xavier Abu Eid, portavoz de la Autoridad Palestina, en conversación con la prensa en Belén, en uno de los tantos contactos que mantiene como preparativo para la llegada del Papa a la ciudad. En el patio del Seminario del Patriarcado Latino en Bet Jallah, aledaño a Belén, un enorme cartel escrito en español, pide al Papa “ justicia para Palestina”. “Nosotros no indicamos a nuestros huéspedes qué decir, pero confiamos en el papa Francisco”, agrega Xavier.

Pero del lado palestino, hay otros pronunciamientos más categóricos. “Aquí no hay equilibrios, no puede haberlos entre ocupante y ocupado”, dice a este diario, dentro de la capilla del seminario, el embajador palestino ante la Santa Sede, Issa Kassissieh.

Le preguntamos qué opinión le merece el comentario hecho días atrás por el rabino argentino Abraham Skorka, amigo personal del Papa, que lo acompaña en este viaje y estará con él también en Belén, estimando que Francisco procurará mantener equilibrios políticos. Mientras varios voceros palestinos dejan el tema un tanto en nebulosa, aunque sí esperan un comentario claro sobre “justicia”, otros consideran que el Pontífice debería ser explícito en su crítica a Israel y su exigencia de una retirada total de los territorios en disputa.

Lo que todos parecen comprender de antemano, es que el Papa no podrá traer la paz. “Esto lo tenemos que lograr los hombres , los que estamos aquí”, dijo el Custodio de Tierra Santa, el padre franciscano Pierrebatista Pizzaballa.



Ver más @Univ_Mundo
comentarios
0