Los bombardeos del ejército de Israel contra la población civil en la Franja de Gaza, un territorio de apenas 350 kilómetros cuadrados en el que viven hacinados y sin poder salir un millón y medio de palestinos, han provocado la muerte de unos 750 palestinos, la mayoría de ellos mujeres y niños, y más de 4 mil 500 heridos, frente a una treintena de soldados israelíes, según cifras palestinas.

Pero también han traído consigo un brote de antisemitismo en países europeos como Alemania, Francia e Italia, donde miles de ciudadanos han salido a las calles para protestar por lo que consideran está siendo una masacre, en algunos lugares gritando consignas antisemitas y pidiendo que se elimine a los judíos con gases venenosos, como ocurrió durante el Holocausto nazi, en el que seis millones de judíos murieron asesinados durante la II Guerra Mundial (1939-1945), quemando mobiliario urbano, y saqueando sinagogas y kosher (supermercados con alimentos especiales para los judíos).

Alemania, donde viven 200 mil judíos, ha sido uno de estos lugares. El martes por la tarde en la ciudad de Berlín, unos 500 manifestantes propalestinos marcharon desde la Potsdamer Platz hasta la Puerta de Brandeburgo gritando lemas como “Israel asesina”, “Israel bombardea y Alemania financia”. Antes de llegar al Museo del Holocausto, un impresionante monumento en memoria de los judíos muertos a manos de los nazis, la policía los desvió.

La situación de tensión que se ha creado en el país es tal, que el gobierno alemán que encabeza la canciller Angela Merkel pidió cautela después de alertar a los ministerios de Defensa e Interior y reforzar la seguridad en las sinagogas y los barrios judíos.

Los sucesivos gobiernos federales alemanes, y también el de Merkel, han defendido siempre el derecho a la existencia de Israel y a defenderse. Ahora, el temor a que se produzcan enfrentamientos alentados por la ultraderecha o por los partidos islámicos les ha llevado a extremar sus precauciones.

Por eso el gobierno quiere establecer claramente una frontera entre la crítica a Israel y el antisemitismo. Y para ello ha tomado medidas. Así, la fiscalía de Berlín abrió diligencias contra la difusión en una mezquita del barrio de Neukölln de un mensaje lanzado por un imán arengando a la muerte de los judíos.

También se están investigando las proclamas antisemitas registradas en manifestaciones propalestinas en Berlín, donde se escucharon gritos de “judío, judío, cerdo cobarde, sal fuera y lucha solo”, mientras que en Essen (oeste) se detuvo a una decena de personas que presuntamente pretendían atacar una sinagoga.

Además, para hoy viernes las autoridades berlinesas preparan un fuerte dispositivo ante una manifestación a favor de Israel que hay convocada y que coincidirá con otra marcha por el centro de la capital alemana.

También en Francia, un país que tiene una de las comunidades judías más numerosas de Europa y del mundo, con 500 mil personas, así como musulmana, con entre 3 millones y medio y cinco millones, miles de ciudadanos se han manifestado estos días en las 60 marchas que se han llevado a cabo por todo el país, convocadas por partidos de izquierda, sindicatos y asociaciones en defensa de los derechos humanos para reclamar “el cese inmediato de los bombardeos en Gaza, el levantamiento contra el bloqueo ilegal y sanciones a Israel por no respetar los derechos humanos”.

Y en algunos lugares como en la la ciudad de Sarcelles, situada al norte de París y conocida como “la pequeña Jerusalén” por la gran comunidad judía que la habita, sinagogas, farmacias y almacenes kosher fueron saqueados y destruidos, muchos vehículos y mobiliario urbano fue quemado y 18 personas resultaron detenidas en los violentos, enfrentamientos que se produjeron entre los pro palestinos y la policía.

Prohibir las marchas

Por eso, el presidente francés, el socialista Francois Hollande, quien se ha mostrado partidario de que “Israel se defienda de los ataques terroristas de Hamas”, ha decidido prohibir algunas de estas marchas. La presión del gobierno israelí, unido al temor a que el odio antisemita aumente y sea difícil de controlar, le ha llevado a tomar esta decisión que ha provocado una enorme polémica en el país.

“Debemos mantener el orden público e impedir un vertido de odio, en particular antisemita, en las calles”, dijo el ministro del Interior Bernard Cazeneuve justificando la prohibición de algunas marchas en París, la capital, donde se produjeran violentos enfrentamientos entre jóvenes propalestinos y la policía y donde el domingo los manifestantes al grito de “Israel asesina, Hollande cómplice” incendiaron vehículos, robaron tiendas y atacaron dos sinagogas.

A Hollande también le preocupa el hecho de que en los últimos años han sido muchos los jóvenes yihadistas nacidos en Francia que se han ido a Siria o a Irak a hacer la Guerra Santa, y ahora teme que regresen a Francia a cometer atentados terroristas. Por eso, el lunes se reunió con líderes musulmanes en el Palacio del Elíseo, donde les dijo que combatir el antisemitismo será una “causa nacional”.

Pero Alemania y Francia no han sido los únicos lugares en donde se han celebrado protestas. Italia ha sido otro de los países donde ha habido manifestaciones propalestinas, aunque en este caso pacíficas, igual que en Bruselas (Bélgica) y Londres (Inglaterra). Y para este fin de semana hay convocadas otras en Ámsterdam (Holanda), Viena (Austria) y Oslo (Noruega) donde se ha reforzado la seguridad en las sinagogas, además de en París y Berlín, donde la ciudadanía está dispuesta a salir a la calle una y otra vez para exigir el fin de la masacre que está ocurriendo en la Franja de Gaza ante la pasividad de la comunidad internacional.