PARÍS (Agencias).— Una veintena de países reunidos en París apoyaron ayer los esfuerzos de Estados Unidos por crear una coalición militar para derrotar a los combatientes del Estado Islámico (EI) en Irak, pero no hicieron referencia a Siria, el otro país en el que los yihadistas controlan una vasta porción de territorio.

Francia envió cazas de combate a una misión de reconocimiento sobre Irak, por lo que aparece cada vez más cerca de convertirse en el primer aliado que se une a Washington en su nueva campaña de bombardeos.

París fue la sede de una conferencia internacional que reunió a los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, estados europeos y árabes, así como a representantes de la Unión Europea, la Liga Árabe y Naciones Unidas.

Todos se comprometieron a ayudar al gobierno de Bagdad en su lucha contra los militantes del EI con “todos los medios necesarios”. En una declaración conjunta, diplomáticos de 24 naciones acordaron la “necesidad urgente de sacar a EI de las áreas que controla en Irak” y prometieron además a Bagdad la ayuda militar “adecuada”.

Irak asistió al encuentro, al que no fueron convocados Siria e Irán. Sin embargo, el Departamento de Estado de EU dejó abierta la posibilidad de mantener discusiones con Irán en los próximos días, aunque excluyó cualquier tipo de cooperación militar.

“Pedimos que continúen las operaciones aerotransportadas contra los sitios terroristas. No debemos permitirles crear santuarios. Debemos perseguirlos dondequiera que se encuentren. Debemos cortar su financiación, imponer justicia e impedir que se les unan combatientes de países vecinos”, dijo el presidente iraquí Fuad Massum.

“La amenaza es global y la respuesta debe ser global”, dijo el presidente francés Francois Hollande al iniciar la conferencia diplomática que intentará elaborar una estrategia internacional. “No hay tiempo que perder”.

El todavía secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, señaló que la Alianza Atlántica podría desempeñar un papel relevante coordinando la campaña, tal como hizo en 2011 contra Muammar al Gaddafi en Libia, una misión controvertida porque países como China y Rusia acusaron a la OTAN de haber sobrepasado el mandato de la OTAN.

Añadió que la intervención militar contra militantes del EI podría estar justificada por la autodefensa o por evitar una campaña “muy cercana al genocidio”.