El Papa honra a víctimas de guerra, hambre y pobreza
El humo del incienso se levanta mientras el papa Francisco oficia misa en el Cementerio Verano de Roma, en la festividad de Todos los Santos. El Pontífice argentino también lamentó que a desempleados y desamparados se les vea como si no fueran humanos.. (Foto: ALESSANDRA TARANTINO. AP )
Roma.— El papa Francisco rindió homenaje el sábado a quienes calificó de “santos desconocidos”, aquellas personas que huyen de la guerra, el hambre y la pobreza, los desempleados y los desamparados. El Papa también clamó contra la “loca carrera de destrucción” en la que viven inmersos los seres humanos capaces de devastar la naturaleza, la vida, las culturas, los valores y la esperanza.
Francisco conmemoró el Día de Todos los Santos del 1 de noviembre con una misa y una homilía en el cementerio Verano de la capital italiana. El Pontífice saludó a quienes se ven obligados a huir de sus hogares y pueblos para salvar la vida arriesgándose a padecer hambre, enfermedades y frío. Lamentó que a veces la gente considera a estos refugiados, incluso niños hambrientos y enfermos, “como si fuesen de otra especie y no humanos”.
Francisco elogió a estos seres sufridos como “santos desconocidos”, santificados por medio de la aflicción.
En su prédica constante por los pobres, el Papa dijo que esas víctimas reclaman paz, pan y trabajo.
El Pontífice hizo esta reflexión durante el sermón de la misa que celebró ante miles de personas en la explanada central del cementerio del Verano de Roma, que visitó en la festividad de Todos los Santos y en la víspera de la conmemoración de los Fieles Difuntos.
Antes de iniciar la ceremonia visitó la sacristía de una iglesia ubicada dentro del panteón y allí observó las fotografías del bombardeo contra la capital italiana, que tuvo lugar hace 71 años y que incluyó el barrio del cementerio.
Evocando esas imágenes señaló que el ser humano necesita “el amor y la fuerza de Dios” para frenar la “loca carrera de destrucción” provocada por el hombre que “se adueña de todo, se cree Dios y se cree el rey”.
Sistema nocivo. Advirtió que las guerras continúan y no precisamente siembran un grano de vida, más bien son la “industria de la destrucción”, producto de un sistema de vida en el cual, cuando las cosas no se pueden arreglar, se descartan.
Sostuvo que por esto se descartan a los niños, se descartan a los ancianos, se descartan a los jóvenes sin trabajo y se descartan los pueblos.
El Papa lamentó que las víctimas de este sistema sean “los pequeños, los pobres, los que siendo personas terminaron en la basura”.
Subrayó que al parecer esta gente no cuenta, estos niños hambrientos y enfermos parece que “son de otra especie” y “no son humanos”.
“Hoy, sin exagerar, en el día de Todos los Santos, quisiera que pensáramos en todos estos santos desconocidos. Pecadores como nosotros, peores que nosotros, pero destruidos. A esta gente que viene de la tribulación: la mayor parte del mundo está en tribulación”, dijo.
El Papa pidió a los presentes “orar para que haya paz, para que haya pan, para que haya niños que jueguen con sus abuelos y jóvenes que puedan trabajar" y también para que "nadie sea perseguido por la fe”. Agencias