El exministro tailandés Chaturon Chaisang se enfrenta a hasta nueve años de prisión por desafiar la ley marcial e "incitar al odio" en una comparecencia ante la prensa extranjera, indicó hoy una fuente cercana al caso.

Chaturon, detenido el pasado martes, defenderá su inocencia y pedirá la libertad condicional en el tribunal militar ante el que está previsto que declare la próxima semana por desafiar a la junta militar, indicó la fuente a varios medios, incluido Efe, a los que requirió el anonimato por razones de seguridad.

El titular de Educación en el Gobierno depuesto se enfrenta a una pena de hasta dos años de prisión por no comparecer ante los militares que lo convocaron tras el golpe de Estado del 22 de mayo, lo que equivale a vulnerar la ley marcial decretada dos días antes.

También afronta otra condena de hasta siete años de cárcel por "incitar al odio" en la comparecencia que hizo en el Club de Corresponsales Extranjeros de Bangkok, donde afirmó que la junta asumió el poder de forma ilegal y que su obligación es luchar por que se celebren elecciones y se restablezca la democracia.

Según la fuente, Chaturon se encuentra en buen estado de salud y con buen ánimo en la prisión de alta seguridad de Klong Prem en Bangkok.

El ministro fue arrestado por media docena de soldados el pasado martes en el club de corresponsales sin oponer resistencia y tras afirmar que sabía que iba a ser detenido.

Chaturon decidió exponerse públicamente un día después de que el monarca, Bhumibol Adulyadej, respaldase la junta militar presidida por el jefe del Ejército, Prayuth Chan-ocha.

Tras la asonada, los militares abolieron la Constitución, disolvieron el Gobierno y el Senado y aplicaron la censura en los medios y el toque de queda nocturno.

"Un golpe de Estado no es la solución para los problemas o conflictos en la sociedad de Tailandia, empeorará el conflicto" , dijo Chaturon en la rueda de prensa antes de ser aprehendido por los uniformados.

"El golpe de Estado es un proceso antidemocrático que la mayoría de los tailandeses no acepta" , subrayó el político.

Una parte importante de la clase media y alta de Bangkok apoya el golpe de Estado porque piensa que ha evitado una escalada de violencia entre los "camisas rojas" , seguidores del Ejecutivo depuesto, y los antigubernamentales, dirigidos por el ex viceprimer ministro Suthep Thaugsuban.

Prayuth ha anunciado la formación de un Gobierno interino el próximo octubre y que las elecciones podrían tener lugar en 2015 en función del desarrollo de las reformas con las que los militares quieren acabar con la "corrupción política" en el sistema.

Más de 270 personas, incluidos políticos, activistas y periodistas, han sido llamadas por la junta militar y han sido privados de libertad varios días, según el líder militar, para calmar los ánimos.
Los detenidos cuando recobran la libertad quedan comprometidos a no hablar de política en público y a pedir permiso si quieren abandonar la ciudad donde están domiciliados.

Sin embargo, muchos disidentes opinan en privado que desconfían de la junta militar y sospechan que su objetivo es formar un Parlamento con la mitad de miembros no electos para que los conservadores y la élite burocrática controlen el Legislativo.

Tailandia padece una grave crisis política desde el último golpe de Estado en 2006 contra Thaksin Shinawatra, quien vive en el exilio para evitar una condena de dos años de cárcel por corrupción y a quien sus detractores acusaban de dirigir el Ejecutivo depuesto desde la distancia.

Thaksin y sus aliados han ganado todas las citas electorales desde 2001.

Los militares tailandeses han protagonizado 19 intentonas golpistas, de las que consumaron 12 con éxito, desde el fin de la monarquía absoluta en 1932.

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