Al menos 360 personas murieron, entre combatientes y soldados, durante los últimos dos días a causa de choques por el control del campo de gas de Shaer, situado en Homs, entre las fuerzas del régimen de Damasco y yihadistas.

El grupo militante Estado Islámico, antes conocido como Estado Islámico de Irak y Levante, ha sostenido cruentos combates para capturar el campo de gas localizado en el centro de Siria, desde el jueves pasado, reportó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.

Los activistas indicaron que la fuerza aérea siria en las últimas semanas ha aumentado sus ataques contra las posiciones mantenidas por el autodenominado Estado Islámico (IS, por sus siglas en inglés) , que cuenta con militantes tanto en Irak y Siria.

El IS ha tomado previamente el control de los campos petroleros en Irak, así como en la provincia oriental de Deir al-Zor en Siria.

El grupo fue una vez la filial iraquí de la red extremista Al-Qaeda, pero la segunda decidió romper sus vínculos en febrero pasado cuando la organización militante sunita empezó su expansión en Siria, donde controla el 35 por ciento del territorio.

El IS ha declarado un "califato" en las zonas en las que opera en Irak y Siria, que incluyen la ciudad siria de Raqqa, así como Mosul en Irak.

Según ha informado el Observatorio, con sede en Londres, al menos 40 militantes islámicos han muerto durante el asaltó, considerado "la más grande" operación contra el régimen de Damasco protagoniza por IS.

La víspera, al menos 51 efectivos gubernamentales y 40 miembros del grupo IS perdieron la vida en el asalto de los partidarios del régimen al yacimiento de gas, que fue tomado el jueves por los extremistas.

Tras el ataque, el régimen ha conseguido recuperar partes del campo, situado en una zona desértica al este de Homs.

El día del asalto murieron más de 270, pero la cifra aumentó mientras se recrudecieron los combates entre las partes en conflicto, reportó el canal árabe de noticias Al Arabiya.

El Observatorio señala que más de 170 mil personas han muerto en el conflicto de Siria, que comenzó como un movimiento de protesta pacífica en 2011, pero escaló a una guerra civil con diferentes grupos rebeldes en el escenario frente a la ofensiva gubernamental.

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