El líder espiritual de la mayoría chií en Irak reclamó el viernes un nuevo gobierno "efectivo" , incrementando las presiones sobre el primer ministro Nuri al-Maliki en momentos en que arrecia una ofensiva de milicianos suníes.

Los comentarios del gran ayatolá Ali al-Sistani durante las plegarias del viernes fueron una crítica velada al primer ministro, en el cargo desde el 2006, por la crisis nacional desatada por el ataque del Estado Islámico para Irak y el Levante, grupo inspirado por al-Qaida.

Aunque el bloque Estado de Derecho, de al-Maliki, ganó la mayoría de las bancas en el parlamento en las elecciones del 30 de abril, ahora enfrenta a adversarios impulsados por las críticas que le formuló el jueves el presidente estadounidense Barack Obama.

Y en momentos en que Irak pide ataques aéreos estadounidenses para frenar el avance de los milicianos -particularmente el viernes en que parecían preparados para atacar la mayor refinería petrolera de la nación_, al-Maliki parece cada vez más vulnerable.

"Es necesario que los bloques políticamente mayoritarios entablen un diálogo que produzca un gobierno efectivo con amplio apoyo nacional, evite errores del pasado y abra nuevos horizontes hacia un futuro mejor para todos los iraquíes" , dijo al-Sistani en un mensaje distribuido por su representante Ahmed al-Safi en la ciudad de Karbala.

Al-Sistani, nacido en Irán y que se cree tiene 86 años, vive como un recluso en la ciudad de Najaf al sur de Bagdad. Rara vez sale de su casa y no concede entrevistas. Los chiíes de Irak lo veneran y su llamado a las armas de la semana pasada movilizó a miles de chiíes que se ofrecieron como voluntarios para combatir al Estado Islámico.

El gobierno de al-Maliki ha sido criticado por supuestamente discriminar contra las poblaciones suní y curda en Irak.

El nuevo parlamento iraquí debe reunirse a más tardar el 30 de junio para elegir presidente del parlamento y presidente nacional, quien a su vez le pedirá al líder del mayor bloque político que forme un gobierno.