Un atacante suicida hizo estallar el domingo un vehículo cargado de explosivos contra un puesto de seguridad en el sur de Irak, donde causó al menos 22 muertos, dijeron las autoridades.

El atentado ocurrido cuando faltan algunas semanas para la realización de los comicios fue el más reciente que perpetra la insurgencia, que está determinada a desestabilizar al país.

La explosión tuvo lugar en la mañana en la entrada de la ciudad de Hillah, durante la hora de mayor tránsito, cuando decenas de vehículos aguardaban revisión.

Trece civiles, entre estos una mujer y un chico de 12 años, así como nueve elementos de seguridad, perdieron la vida, dijeron dos agentes. Al menos 55 personas resultaron heridas, afirmaron.

La policía dijo que las quemaduras que presentaban las víctimas era indicio de que el atacante suicida había cargado su vehículo con combustible líquido, posiblemente gasolina.

La ciudad, predominantemente chií, se ubica a unos 95 kilómetros (60 millas) al sur de Bagdad.

Dos funcionarios médicos confirmaron las cifras de las víctimas. Todos solicitaron el anonimato porque no estaban autorizados a hacer declaraciones a la prensa.

Irak registra una intensificación de la violencia desde abril y la cifra de muertos alcanzó su nivel más alto desde el peor momento del derramamiento de sangre sectario ocurrido de 2006 a 2008.

Según Naciones Unidas, 8 mil 868 personas murieron en 2013, y más de mil 400 perdieron la vida en los primeros dos meses de 2014.

Nadie se adjudicó de inmediato el atentado, pero tiene el sello de un grupo escindido de al-Qaeda que con frecuencia utiliza coches bomba y agresores suicidas para atacar zonas públicas y edificios de gobierno en un intento por minar la confianza en las autoridades.

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