Ana Anabitarte Desde Europa
Grecia vuelve a hacer temblar a los líderes europeos y a la Troika comunitaria (Fondo Monetario Internacional, Banco Central Europeo y Comisión Europea). El país se ha convertido en el mayor ejemplo de que las políticas de austeridad impuestas desde la Unión Europea (UE) han fracasado y no sólo no han evitado que la economía siga estancada, que las tasas de desempleo sigan siendo elevadísimas, y que la población cada día sea más pobre, sean menos los que tiene acceso a la sanidad y más los que deciden quitarse la vida (la tasa de suicidios ha aumentado en el país heleno un 36 por ciento desde el inicio de la crisis). Hoy en día el país también vive en medio de una gran incertidumbre política lo que amenaza con romper los equilibrios que sostienen al euro y también la precaria estabilidad política que hay en el seno de la Unión Europea (UE).
También el presidente, el conservador Antonis Samaras, está en una difícil situación. Lleva meses luchando entre dos fuegos. Por un lado en conseguir contentar a la Troika que no deja de presionarle para que intensifique aún más la austeridad y los recortes, y por el otro tratando de calmar la ira ciudadana en las calles en protesta por tantos recortes.
La semana pasada después de que el Eurogrupo anunciara su intención de extender dos meses la prórroga del rescate financiero que Grecia recibió hace unos años para evitar la bancarota, Samaras anunció su decisión de adelantar las elecciones previstas para febrero. Una noticia que sin embargo logró el efecto contrario al deseado. Que los inversores huyeran despavoridos; que la Bolsa se hundiera un 12,7%, su mayor caída desde diciembre de 1987; y que el interés del bono a diez años pasara del 12% hasta el 8,1%.
Así que este miércoles se realizará la primera votación en el Parlamento para elegir al Presidente de la República. Si el candidato de Samaras, el ex comisario europeo Stavros Dimas, no lograra ser ratificado por la mayoría parlamentaria, ese mismo día se pasará a una segunda votación el 23 de diciembre y si tampoco lo logra, habrá una tercera y última votación el 29 de este mismo mes.
Samaras pretende evitar que la presidencia de la República caiga en manos de la oposición. Pero seguramente no lo logrará ya que necesita los votos de 180 escaños y la coalición de gobierno que forman los conservadores de Nueva Democracia y los socialistas del Pasok, sólo ascienden a 155 escaños de un total de 300. Y la oposición ya ha anunciado que votará en contra. En el caso de que no se lograra ratificarlo, la Constitución establece la disolución de las Cámara y la convocatoria de elecciones generales (previstas para el 2016) entre tres y cuatro semanas después. Es decir, en febrero. Lo que podría desencadenar una ola de inestabilidad parecida a la que ocurrió en el año 2010. En aquellas ocasión la causa fue la falsificación por parte de los responsables políticos de las verdaderas cifras de déficit. Ahora a los líderes europeos y a los inversores les preocupa la posible llegada del partido de extrema izquierda Syriza al poder como vaticinan las encuestas.
Syriza defiende políticas como reestructurar el plan de austeridad y la deuda y relanzar el empleo público, lo que podría provocar un enfrentamiento con la todopoderosa canciller de Alemania, Angela Merkel, defensora a ultranza de la austeridad, e incluso hasta una salida del euro. Con las nefastas consecuencias que ello tendría en el resto de los países que conforman el Eurogrupo.
Pero este vuelco en el panorama electoral no se ha producido sólo en Grecia. También en España unos ciudadanos indignados con los recortes impuestos por el gobierno conservador de Mariano Rajoy (Partido Popular, PP) y con la corrupción, han llevado al partido político Podemos a obtener cinco eurodiputados en las elecciones al Parlamento europeo después de cuatro meses de campaña, con un líder joven formado en las tertulias políticas de televisión y un discurso contra la "casta" y dirigido al pueblo. Y según las encuestas en las elecciones generales del año que viene Podemos se perfila como el tercer partido más votado.
En Francia la aprobación de reformas del gobierno socialista de Francois Hollande para satisfacer a Angela Merkela han provocado que la ultraderechista Marine Le Pen, dirigente del partido antiinmigrante Frente Nacional, supere en los sondeos a los principales candidatos de la izquierda y la derecha. Y en Italia las reformas del gobierno centroizquierdista de Matteo Renzi no han podido evitar que alrededor de la mitad de los votantes apoye a partidos radicales como el Movimiento antisistema de Beppe Grillo Cinco Estrellas y la xenófoba y derechista Liga Norte. Son algunos ejemplos, pero hay muchos más.
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