El cruce de la calle 4 con la 12 del barrio de Hougthon, donde se ubica la casa en la que vivió y murió Nelson Mandela, se encuentra cubierta de flores, velas y mensajes EFE

En el lugar se ha formado una montaña de pequeños homenajes personales dejados por ciudadanos que celebran y extrañan a Madiba Reuters

El entorno de la vivienda, acordonada fuertemente por la Policía, es una canción permanente entonada por decenas de personas que bailan y tocan tambores en honor al expresidente sudafricano AP

La tristeza ha sido sustituida por agradecimiento, los lamentos por gritos de exaltación, y las lágrimas por sonrisas de respeto hacia todo lo que consiguió EFE

"Él nos liberó, solo podemos recordarle con alegría", comenta una mujer negra que, gracias a la lucha de Mandela, hoy no tiene problemas para mezclarse con los blancos Reuters

Numerosas familias se han acercado al domicilio del héroe sudafricano con sus hijos pequeños sobre los hombros AP

El cruce donde ahora se erige un lugar de culto es el mejor reflejo del legado de Mandela, una mezcla de razas y religiones (hindúes, musulmanes, cristianos, sintoístas...) que rezan, cantan y bailan sin confrontación alguna, en paz y armonía EFE

"De la oscuridad nos llevó a la luz; de la muerte a la inmortalidad; de la mentira a la verdad", agradece uno de los mensajes escritos frente a la puerta del "hijo de la tierra en la tierra del sol" AP