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El Papa exhorta a jóvenes a "formar un lío"

AP| El Universal
21:09Río de Janeiro | Jueves 25 de julio de 2013
Francisco inaugura la Jornada Mundial de la Juventud en la playa de Copacabana, Brasil; dice que las parroquias son para lanzarse a las calles para propagar la fe

El papa Francisco mostró el jueves su lado rebelde al decir a los jóvenes católicos "quiero lío en las diócesis" y los exhortó a lanzarse a las calles para propagar la fe. Y fue un mensaje que puso en práctica al visitar unas de las favelas más violentas de Río de Janeiro e inaugurar la Jornada Mundial de la Juventud en la playa de Copacabana, donde llovió a mares.

El pontífice fue electo con un mandato para reformar la Iglesia, y en sólo cuatro meses ya ha comenzado a hacerlo: ha infringido normas vaticanas de mucha data en casi todo, desde donde coloca la cabeza al costarse hasta cómo se hacen los santos. Se ha separado su personal de seguridad para acercarse a las multitudes y su primera visita internacional ha mostrado los fieles le agradecen el gesto.

Llamado "el papa villero" por su trabajo con los pobres en las villas miseria, Francisco fue recibido apoteósicamente en la favela Varginha, parte de una zona muy pobre al norte del Río de Janeiro tan violenta que los vecinos le dicen la Franja de Gaza. El argentino de 76 años pareció sentirse como un pez en el agua, adentrándose en las multitudes, besando a niños y viejos y diciéndoles que la Iglesia católica está de parte de ellos.

"¡Nadie puede permanecer insensible a las desigualdades que persisten en el mundo!" , expresó a los miles que desafiaron la lluvia en un terreno enlodado de fútbol para darle la bienvenida.

"Ninguna paz será duradera, ni tampoco la armonía y la felicidad, en una sociedad que ignora, empuja a los márgenes o excluye una parte de sí misma" .

Fue un mensaje dirigido a revertir la declinación en la cantidad de católicos en la mayor parte de América Latina, donde muchos fieles pobres abandonan la Iglesia católica para sumarse a congregaciones pentecostales y evangélicas. Esas iglesias han establecido una gran presencia en las favelas como Varginha, donde se ganan almas con asesoría sencilla sobre cómo mejorar la vida de los vecinos.

La visita a Varginha fue uno de los puntos destacados de la visita de una semana del papa Francisco a Brasil, su primer viaje como papa y que parece estar hecho a la medida del primer pontífice de las Américas.

Pero la sorpresa fue en un encuentro con peregrinos argentinos, programado a última hora, en otra señal de cómo este papa espontáneo sacude al Vaticano y su rígida pompa.

En la Catedral de Río de Janeiro les dijo a miles de jóvenes -había 30 mil argentinos inscritos:

"Quiero lío en las diócesis, quiero ver que la iglesia se acerque a la gente, quiero que nos despojemos del clericalismo, lo mundano, el estar encerrados en nosotros mismos, en nuestras parroquias, colegios o estructuras, porque ellas son para salir" , subrayando que una Iglesia que no sale y predice entonces se convierte en un grupo cívico o humanitario.

En la mañana también fue recibido con un desbordante entusiasmo en un entorno muy diferente: una de las favelas más violentas de Río de Janeiro donde le pidió a sus habitantes conservar la esperanza aún frente a la corrupción mientras fustigó a los ricos, a quienes les pidió poner fin a la "cultura del egoísmo" , que ha marginado a los pobres de la sociedad.

Fue una clara referencia a las violentas protestas que paralizaron varias ciudades del país en las últimas semanas cuando miles de brasileños, enfurecidos por una rampante corrupción, la mediocre prestación de los servicios públicos y la irrelevancia de la clase política brasilera, se tomaron las calles.

En este viaje, el mensaje del papa también ha fustigado las elites políticas y ha motivado a la juventud a luchar por sus ideales, combatir la exclusión y las desigualdades mostrando su personalidad poco convencional, casi la de un rebelde en sotana, al invitar a su compatriotas peregrinos de su natal Argentina a crear líos y salir a las calles a difundir la fe.

"Quiero lío en las diócesis, quiero ver que la iglesia se acerque a la gente, quiero que nos despojemos del clericalismo, lo mundano, el estar encerrados en nosotros mismos, en nuestras parroquias, colegios o estructuras, porque ellas son para salir" , dijo el santo padre a los argentinos que tuvieron que hacer largas filas para verlo en la catedral metropolitana de Río de Janeiro.

En Copacabana, jóvenes provenientes de Latinoamérica, China y Africa se rindieron ante el entusiasmo y las sonrisas del papa Francisco e hicieron lo impensable para lograr una imagen del pontífice: se colgaron de árboles y señales de tránsito, corrieron como atletas en olimpiada, al tiempo que gritaban como si estuvieran un concierto de rock.

Combatieron el inusual frío no solamente con abrigos, bufandas y gorros sino con el calor de la multitud, mientras helicópteros sobrevolaban el área de la Playa de Copacabana y embarcaciones patrullaban la Bahía de Guanabara.

Los famosos hoteles y apartamentos de lujo adornaron sus balcones de blanco y amarillo, los colores del Vaticano. "¡Son ustedes tantos, llegados de todos los continentes!" , dijo el papa.

"Distantes a veces no sólo geográficamente, sino también desde el punto de vista existencial, cultural, social, humano. Pero hoy están todos, más bien, hoy estamos aquí, juntos para compartir la fe y la alegría del encuentro con Cristo" .

Una tarima de color blanco, con gigantes pantallas, con un enorme Cristo de fondo, fue ubicada al final del malecón de Copacabana, entre la avenida y la playa.

Al hacer su discurso el papa sorprendió a la multitud al cambiar de idioma y en vez de seguir hablando en portugués, lo hizo en español.

Aunque en el Santuario de Nuestra Señora de Aparecida el santo padre habló principalmente en portugués, e intercambió algunas frases en español, en su visita a Copacabana ese fue el idioma que predominó frente a la multitud. "Río se convierte en el centro de la Iglesia" esta semana, dijo el pontífice en tono emotivo.

Luego pidió a los participantes guardar un "instante de silencio" por la joven oriunda de la Guyana francesa, Sophie Moriniere, que murió en un "trágico accidente" y que iba a participar en la Jornada. "La fe de ustedes es más fuerte que la lluvia... veo en ustedes la belleza del rostro de Cristo" , fueron las primeras palabras del pontífice a los jóvenes.

ml



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