ONU acepta lentitud en distribución de ayuda por tifón
La ONU instó a las autoridades locales y a las organizaciones internacionales a entregar con más rapidez la ayuda que aún no ha llegado a miles de afectados por el tifón Haiyan en la región central de Filipinas.
La secretaria general adjunta de Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios, Valerie Amos, que ayer visitó las áreas arrasadas en Tacloban, en la isla de Leyte, expresó su frustración por que gran parte de los suministros se encuentran estancados en Manila.
"Espero que en las próximas 48 horas esto cambie de forma significativa. Tengo la sensación de que hemos fallado a mucha gente", declaró Amos, de vuelta en Manila tras inspeccionar los efectos del tifón que golpeó el archipiélago el pasado viernes.
Sin embargo, Naciones Unidas no ha culpado a las autoridades filipinas, de las que han dicho que "han hecho un trabajo tremendo en unas circunstancias extremadamente difíciles", en palabras del portavoz de la Secretaría General, Martin Nesirky.
El Gobierno del primer ministro filipino, Benigno Aquino, aseguró que la mayoría de las carreteras están ya limpias de escombros en torno a Tacloban y que han restablecido la seguridad con el despliegue de más de un millar de soldados apoyados con carros blindados.
Muchos damnificados desesperados han asaltado tiendas estos días en busca de comida, aunque también bandas organizadas han aprovechado el caos para robar electrodomésticos y otros objetos de valor.
La situación aún es angustiosa para muchas víctimas en Tacloban, donde los cadáveres se descomponen en las calles o en un tanatorio improvisado junto al Ayuntamiento devastado por el tifón, que llegó vientos de hasta 315 kilómetros por hora.
En otras áreas más remotas como Leyte o en la isla de Samar las situación es aún más precaria, con supervivientes que aún no han visto los suministros de comida y agua que reparten las ONG y los soldados filipinos y de Estados Unidos.
"Un gran número de personas aún no ha recibido asistencia, sobre todo en las islas de la periferia, donde ni el gobierno filipino ni las agencias internacionales han podido llegar", señaló anoche la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) en un comunicado.
Un equipo de MSF se desplazó en avión a Guiuan, una ciudad de 45 mil habitantes en el este de Samar, una de las primeras áreas afectadas por el tifón y donde observaron que el daño es extenso y las necesidades enormes.
Las autoridades aguardan con impaciencia la llegada del portaaviones USS George Washington, con 5 mil marines y 80 aviones a bordo, y del buque de guerra británico HMS Daring para incrementar los esfuerzos de emergencia y rescate.