WASHINGTON.— Estados Unidos se quedó ayer sin un aliado estratégico en sus planes de intervenir militarmente en Siria, tras el revés propinado al primer ministro británico, David Cameron, con un voto parlamentario que le desautorizó y dejó al descubierto la fragilidad de una alianza que el presidente Barack Obama intentará recomponer a toda costa en el curso de las próximas horas.

En medio de un frenético proceso de consultas, Obama iniciaba ayer una intensa campaña de convencimiento entre otros gobiernos aliados y miembros del Congreso antes de decir su última palabra sobre una eventual intervención militar en Siria que podría ocurrir a partir del próximo domingo. Fuentes de la Casa Blanca confirmaron, a las pocas horas de reportarse el voto en contra del Parlamento británico, que el gobierno de Estados Unidos mantiene sus planes y podría actuar en solitario.

Como parte de un animado debate en el que se han cuestionado los poderes y la legalidad del presidente para ordenar una intervención unilateral sin autorización del Congreso, ni mandato de la ONU, un creciente número de congresistas coincidieron ayer en señalar que el presidente Obama tiene que convencer al pueblo estadounidense y al mundo con pruebas contundentes.

Además, un grupo de poco más de 140 congresistas demócratas y republicanos firmaron ayer una carta en la que advierten que el presidente podría violar la Constitución si no solicita la autorización del Congreso.

“Involucrar a nuestros militares en Siria, cuando no existe ninguna amenaza directa a los Estados Unidos y sin autorización del Congreso, violaría la separación de poderes que está claramente delineada en la Constitución”, afirma la carta encabezada por el republicano, Scott Rigell.

Aunque Obama puede autorizar una intervención militar unilateral, el Congreso tiene capacidad para cortar los fondos necesarios. Según la Resolución de Poderes de Guerra de 1973, el presidente tiene la obligación de informar al legislativo 48 horas de cualquier operación militar.

Como parte de una intensa ronda de preparativos, los integrantes del Consejo de Seguridad Nacional (NSC por sus siglas en inglés) del presidente mantuvieron ayer una conferencia con varios miembros del Congreso. Al mismo tiempo, los principales responsables de las agencias de inteligencia reportaron a la presidenta del comité senatorial de inteligencia, la demócrata Diane Feinstein, y al republicano de más alto rango, Saxby Chambliss, los resultados de ese informe clasificado en el que se demuestra la participación directa del régimen de Bashar al-Assad en el ataque con armamento químico contra la población civil.

Se espera que Obama informe a la opinión pública en el curso de las próximas horas sobre el contenido de un informe desclasificado de inteligencia para proseguir con sus planes de intervención. El reporte será entregado a los medios hoy. Fuentes oficiales del Pentágono adelantaron algunos elementos del reporte en el que se contienen comunicaciones interceptadas de algunos militares. En ellas, los militares discuten el resultado del ataque del pasado 21 de agosto en los suburbios de Damasco.

El presidente prosiguió ayer con una agitada ronda de contactos con los jefes de gobierno y de Estado de Alemania, Francia, el Reino Unido, Israel y Turquía. A todos ellos, comentó la necesidad de intervenir militarmente por razones humanitarias y para castigar el uso de armamento químico contra su propia población, según fuentes de la Casa Blanca.