La ONU advirtió hoy de que las agencias humanitarias necesitan ayuda para poder atender a los decenas de miles de desplazados por la violencia en Sudán de Sur, donde la situación es especialmente grave en los estado de Jonglei y Unidad.

En un comunicado, el coordinador humanitario de la ONU en el país africano, Toby Lanzer, explicó que las agencias están proporcionando atención de primera necesidad a los cerca de 20 mil refugiados en su base de Yuba y a los 7 mil de Bentiu, capital de Unidad.

"Aunque estamos dando asistencia en estas dos ciudades, estoy muy preocupado por las miles de personas afectadas por la última semana de violencia en otras partes del país", dijo Lanzer.

Para el coordinador humanitario, la situación es "especialmente mala" en Jonglei y Unidad, que han caído en manos de los rebeldes y que en estos momentos son blanco de una ofensiva gubernamental para recuperar su control.

Lanzer, que acaba de visitar la base de la ONU en Bor, capital de Jonglei, donde se refugian otras 17 mil personas, reconoció haber sido testigo de "los desgarradores resultados de la intensa violencia" en esa zona en los últimos días.

Naciones Unidas, junto con otras organizaciones humanitarias, prestan atención sanitaria de urgencia, y reparten material quirúrgico y medicinas a los hospitales de Yuba.

También están construyendo letrinas, facilitando el acceso a agua, y repartiendo galletas energéticas a los niños y las personas más vulnerables.

Lanzer lamentó que los trabajadores humanitarios estén bajo "presión" debido a los asaltos contra algunos complejos, como el perpetrado contra la base de la ONU en Akobo, que en el que murieron el pasado jueves veinte civiles y dos cascos azules.

El responsable instó también a todas las partes en conflicto a que garanticen la protección de los civiles y permitan a los trabajadores humanitarios acceder a aquellos necesitados.

Médicos Sin Fronteras (MSF), que atienden a los afectados por la violencia en varios hospitales, también denunciaron en una nota el deterioro de la situación.

Este grupo tuvo que atender a 24 pacientes con heridas de bala -dos de los cuales murieron- en su hospital en la ciudad de Nasir, en el estado de Alto Nilo, donde estallaron ayer enfrentamientos.

Cientos de personas han muerto en Sudán del Sur desde el pasado 15 de diciembre, cuando se produjo un intento de golpe de Estado, del que las autoridades acusaron al ex vicepresidente Riak Mashar.

A los combates entre ambos bandos se ha unido una escalada de la violencia étnica, entre las tribus Dinka -a la que pertenece el presidente, Salva Kir- y Lou Nuer -de la que es miembro Mashar-.

El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, pidió hoy al Consejo de Seguridad un refuerzo de 5.500 cascos azules en la Misión en Sudán del Sur (MISS), que se sumarán a los 7.600 presentes en el lugar.

jram