Vive Egipto el día más violento en décadas
CASTIGO. Fuerzas de seguridad egipcias arrestan a simpatizantes del depuesto presidente Mohamed Mursi cerca de la universidad de El Cairo. (Foto: MOHAMMED ASSAD AP )
EL CAIRO (Agencias).— Las fuerzas de seguridad egipcias arrasaron ayer con un campamento de protesta en El Cairo donde se alojaban miles de seguidores del derrocado presidente Mohamed Mursi y mataron a tiros a unas 200 personas, en el día más sangriento en décadas en el polarizado país.
Al menos 278 personas fallecieron en todo el territorio de la nación más poblada del mundo árabe, entre ellas 43 policías, en un hecho condenado fuertemente entre otros por Estados Unidos y la Unión Europea (UE). Además, un funcionario de salud reportó unos 2 mil heridos.
La violencia se extendió más allá de El Cairo y los partidarios de Mursi y las fuerzas de seguridad se enfrentaron en las ciudades de Alejandría, Minya, Assiut, Fayoum y Suez, además de en las provincias de Buhayra y Beni. El movimiento Hermanos Musulmanes de Mursi dijo que el número de víctimas era mucho mayor y describió la acción de los militares como una “masacre”.
Mientras cadáveres envueltos en alfombras eran trasladados a una morgue improvisada en la mezquita de Rabaa al-Adawiya, el gobierno egipcio respaldado por las Fuerzas Armadas declaró un estado de emergencia de un mes, restaurando la autoridad militar que mantuvo por décadas antes de la revolución a favor de la democracia en el 2011.
El secretario de Estado de EU, John Kerry, condenó en duros términos la violencia, pidió que el estado de emergencia termine lo antes posible e instó a las partes a buscar una solución política.
A su vez, el ministro del Interior egipcio, Mohamed Ibrahim, informó que las fuerzas de seguridad tomaron control total de dos campamentos de protestas en El Cairo y que no tolerarán manifestaciones de este tipo.
El primer ministro, Hazem el-Beblawi, defendió el uso de la fuerza, diciendo que las autoridades no tuvieron más opción que actuar para poner fin a la “expansión de la anarquía”. La violencia obliga a tomar duras decisiones a los aliados occidentales de Egipto, especialmente a Washington, que financia a las fuerzas militares del país africano con mil 300 millones de dólares al año y que se ha rehusado a calificar la expulsión de Mursi como un “golpe de Estado”.
La UE y Turquía, que tiene una fuerte influencia en Medio Oriente, también emitieron declaraciones similares a las de EU de condena contra las fuerzas armadas egipcias.
Miles de partidarios de Mursi habían estado acampando en dos importantes lugares de El Cairo desde antes de que el ex presidente fuera expulsado el 3 de julio, y habían dicho que no dejarían las calles hasta que el depuesto mandatario sea restituido en el poder. Con el operativo sobre los campamentos de protesta, las autoridades pusieron fin a una manifestación de seis semanas con una muestra del poderío que desafió los llamados de la comunidad internacional a ejercer moderación.
En una inusual expresión de descontento entre los opositores de los Hermanos Musulmanes, Mohamed El Baradei, un ex diplomático de Naciones Unidas, renunció a su puesto como vicepresidente en el gobierno interino, afirmando que el conflicto pudo haberse resuelto de forma pacífica.
México deplora los hechos
El gobierno de México deploró los actos de violencia registrados en Egipto y llamó a las fuerzas políticas del país árabe a resolver sus diferencias de forma pacífica. En un comunicado, la Secretaría de Relaciones Exteriores expresó su pesar por “los actos de violencia registrados en Egipto que causaron numerosas muertes, así como centenares de heridos y detenidos”.