WASHINGTON.— En una difícil misión para recuperar la confianza perdida, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ofreció ayer una batería de reformas a los programas de vigilancia que opera la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) para hacerlos más “transparentes” y evitar así los abusos y el atropello a los derechos civiles de los estadounidenses.

“Podemos y debemos ser más transparentes”, dijo Obama en una rueda de prensa en la Casa Blanca.

“Trabajaré con el Congreso para modificar la sección 215 del Acta Patriota para evitar cualquier forma de abuso”, prometió Obama en un intento por salir de una crisis que estalló hace más de un mes, cuando el ex analista de la CIA, Edward Snowden, reveló a todo el mundo los programas de espionaje masivo de EU.

“Insisto. Nuestros programas de vigilancia son para garantizar la seguridad de los ciudadanos, no para espiarlos. Y, al mundo entero, que nuestro sistema de inteligencia tiene como fin proteger nuestra libertad, nuestra seguridad y la de nuestros aliados”, reiteró Obama, que dio la rueda de prensa antes de iniciar sus vacaciones en Martha’s Vineyard, en Massachusetts.

Obama anunció la creación de un grupo independiente de expertos para supervisar los programas de vigilancia de la NSA y el establecimiento de salvaguardas para fiscalizar la actuación de las cortes secretas que nacieron al amparo de la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera (FISA, por sus siglas en inglés).

Poco después, el gobierno publicó dos documentos con detalles del alcance y funcionamiento de los programas de espionaje. Uno de ellos es un memorando de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) que explica la “misión” de ese organismo y detalla el funcionamiento de un programa para recopilar registros telefónicos en EU y de otro para espiar en el extranjero a ciudadanos no estadounidenses sospechosos de terrorismo. El otro documento, del Departamento de Justicia, describe la base legal para recabar datos telefónicos como los números marcados y la duración de las llamadas.

En su conferencia, Obama aprovechó para negar que tenga una mala relación con el presidente ruso Vladimir Putin, de quien dijo “tiene esa postura encorvada, como niño aburrido en el fondo del salón de clases. Pero cuando tenemos conversaciones, a menudo es muy productivo”, señaló.

De Snowden, dijo que “no es un patriota. Tuvo la oportunidad y los recursos para presentar su caso bajo el cauce legal”. En todo caso, descartó que vaya a boicotear los Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi, Rusia, en 2014. También se refirió a la alerta terrorista que obligó al cierre de 19 embajadas en el mundo musulmán, 18 de las cuales reabrirán el domingo. Al-Qaeda, dijo, tiene la capacidad de “poner una bomba en una embajada y matar a algunas personas”.

Sobre la reforma migratoria, urgió a los republicanos en la Cámara Baja a presentar su iniciativa tras el receso legislativo que concluye en septiembre.