Irán, espionaje y Siria, los platos fuertes
NUEVA YORK. El presidente de EU, Barack Obama (centro), el mandatario de Mongolia, Tsakhiagiin Elbegdorj (izq.), y Jan Eliasson, vicesecretario general de la ONU, en un evento de la Sociedad Civil Internacional, previo a la Asamblea General. (Foto: FRANK FRANKLIN II AP )
WASHINGTON.— La tradicional fiesta de recepción del presidente de Estados Unidos, en el Waldorf Astoria de Nueva York marcó ayer el inicio informal de una Asamblea General de la ONU donde Barack Obama será el anfitrión de promesas y expectativas de alcance histórico que marcarán el posible restablecimiento de contactos al más alto nivel entre Washington y Teherán desde 1979.
Pero, además, la Asamblea será escenario de protestas, reclamos y propuestas que buscarán acotar el poder de Estados Unidos para espiar a naciones amigas a través de internet. Una amenaza que será denunciada por la presidenta de Brasil, Dilma Roussef, quien llegará con una propuesta bajo el brazo para romper con el control central de Estados Unidos y dar vida al primer movimiento secesionista de la red de redes para evitar el excesivo control de Washington sobre el tráfico y contenido de internet.
Mientras Estados Unidos evita hablar de la amenaza de Brasil decrear su propio sistema de almacenamiento de información, que obligue a servidores como Google, Yahoo o Microsoft a administrar y almacenar la información de sus clientes en Brasil y romper con la excesiva centralización de la red mediante la creación de un nuevo cuerpo intergubernamental para gestionar la red, los simpatizantes de esta iniciativa coinciden en señalar que los recientes escándalos de espionaje denunciados por Edward Snowden sólo han acelerado el proceso de descomposición o separatismo desde internet.
“Tras estos escándalos de espionaje, la presidenta de Brasil tendrá más poder de interlocución con naciones amigas en la ONU para acotar el enorme poder de Estados Unidos sobre internet”, consideró Sascha Meinrath, directora de la organización Open Technology.
Entre los más entusiastas de esta iniciativa se encuentran los gobiernos de Rusia y China, que durante varios años han desafiado el poder centralista de Estados Unidos en internet. Pero, además, otros gobiernos del hemisferio occidental como Argentina, Ecuador, Venezuela y Bolivia ven en el liderazgo de Brasil la mejor apuesta para acotar el poder de Washington y sus prácticas de espionaje.
Mientras Estados Unidos se prepara para hacer frente a este reclamo y desafío comandado por Brasil, Obama concentrará gran parte de su atención y esfuerzo en un asunto más urgente e inmediato. Su contacto con el presidente de Irán, Hassan Rouhani, un político reformista que intentará desandar el camino de las afrentas con Estados Unidos de la mano del presidente Obama.
“No queremos plantear más expectativas de las que siempre han existido en las relaciones con Irán. Es decir, lo único que queremos saber es si, acaso, sus gobernantes están dispuestos a cumplir con la exigencia de la comunidad internacional y demostrar que su programa nuclear es de carácter pacífico”, aseguró un funcionario de la Casa Blanca al pormenorizar el objetivo del encuentro entre el presidente Obama y el recién electo mandatario de Irán, Hassan Rouhani. Desde la crisis de los rehenes en 1979, Estados Unidos e Irán han librado un largo y tumultuoso proceso de desencuentros que se han visto agudizado por la inveterada rivalidad militar del régimen de los ayatolás con Israel, el más fiel aliado de Washington en la región.
“Si no hay voluntad y un compromiso firme de que Teherán está dispuesto a cumplir con sus obligaciones internacionales, difícilmente podrá hablarse de progresos en las relaciones”, aseguró el funcionario.
Otro de los momentos importantes dentro del inicio de contactos y negociaciones que discurrirán de forma paralela a los mensajes que inaugurará el presidente de Estados Unidos, será el encuentro que mantendrá por primera vez con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas.
Encuentro con Abbas
“Esta es la primera oportunidad que tendrá el presidente Obama para escuchar, de primera mano, las inquietudes del señor Abbas y su versión sobre los progresos en las negociaciones por la paz con Israel”, aseguró Ben Rhodes, uno de los principales asesores del presidente Obama en el Consejo de Seguridad Nacional.
Finalmente, un asunto de no menor relevancia, será el futuro del régimen sirio de Bashar al-Assad, un líder que ha conseguido salvarse por intermediación de su poderoso protector, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, quien deberá ofrecer en los trabajos de la Asamblea algo más que mensajes de buena voluntad para avanzar en el proceso de desarme del arsenal químico y en un proceso de paz y transición a la democracia.
“Siria será uno de los grandes asuntos en el mensaje del presidente Obama ante el plenario de la Asamblea General de la ONU”, confirmó Rhodes.
“El presidente dejará en claro que, si bien, la destrucción del armamento químico es un asunto fundamental para evitar una intervención militar, el avance de un proceso de pacificación que pase por la renuncia de Bashar al-Assad es un componente esencial para alcanzar la paz y la tranquilidad no sólo de Siria, sino de toda la región”, remató.