EL CAIRO (Agencias).— Protestas de miles de islamistas desataron ayer un baño de sangre en Egipto y dejaron más de 100 muertos en todo el país, en el “viernes de la ira” convocado por los seguidores del depuesto presidente Mohamed Mursi contra la represión del gobierno apoyado por los militares.

Mientras el eco de armas automáticas resonaba en El Cairo, donde murieron unas 50 personas, el enfrentamiento parecía encaminarse cada vez más rápido hacia la confrontación armada, evocando conflictos del pasado entre militantes islamistas y el Estado de la nación más poblada del mundo árabe. Unas 50 personas murieron en otras ciudades.

Los gobiernos occidentales pidieron moderación después de la muerte de al menos 638 personas en una ofensiva de las fuerzas de seguridad contra campamentos de manifestantes el miércoles pasado. El rey Abdullah de Arabia Saudita respaldó sin embargo las tácticas usadas por el gobierno contra los Hermanos Musulmanes al decir el viernes que su nación apoyaba a Egipto en su lucha contra el “terrorismo”.

Helicópteros del ejército sobrevolaron a baja altura a los seguidores de Mursi reunidos en la plaza Ramsés, escenario de gran parte del derramamiento de sangre del viernes en El Cairo.

En tanto, varios países occidentales reaccionaron al sangriento conflicto y reiteraron su llamamiento a que se ponga fin de inmediato a la violencia en Egipto. El presidente de Francia, Francois Hollande, y la canciller de Alemania, Angela Merkel, llamaron a la Unión Europea (UE) a celebrar una reunión urgente sobre las relaciones del bloque comunitario con Egipto.

“(Hollande y Merkel) quieren que los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión se reunan pronto, la semana próxima, para revisar la cooperación entre la UE y Egipto y formular respuestas comunes”, dijo la presidencia francesa.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) anunció por su parte que el jefe de Asuntos Políticos de este organismo, Jeffrey Feltman, viajará a Egipto con el propósito de reunirse con los actores del conflicto en ese país árabe.

Los Hermanos Musulmanes y varios partidos islamistas radicales habían convocado las nuevas protestas. Decenas de miles de seguidores del depuesto presidente Mursi se volcaron a las calles en todo el país tras la oración de los viernes para expresar su ira por el sangriento desalojo de los campamentos de protesta en El Cairo en esta semana.

El conflicto entre los islamistas y la oposición a Mursi escaló dramáticamente el miércoles, cuando las fuerzas de seguridad desalojaron dos grandes campamentos de protesta en la capital egipcia.

Por su parte, funcionarios del Ministerio del Interior dijeron que decenas de manifestantes atacaron ayer la comisaría de policía de Ezbekiya, después de lo cual se habría desatado un tiroteo entre las partes durante el cual habrían muerto varios civiles que no participaban en la manifestación. Los islamistas exigen la reposición de Mursi, detenido en un lugar desconocido desde que fue derrocado por el ejército el 3 de julio.

Los analistas temen que la violencia en el país aún siga escalando, tras el llamado de los Hermanos Musulmanes a continuar con las protestas. La policía tiene la orden de usar armas de fuego contra saqueadores y saboteadores. En todo el país rige el estado de excepción.

Italia anunció que propondrá a la UE el cese de los suministros de armas a Egipto, al menos durante la vigencia del estado de excepción, según declaraciones de la viceministra de Exteriores, Marta Dassú.

Mientras, España convocó al embajador de Egipto en Madrid para instar al gobierno de transición en el país árabe a levantar “lo antes posible” el estado de emergencia y a una pronta convocatoria de elecciones.

Alemania, Holanda y Dinamarca anunciaron además la suspensión temporal de programas de cooperación y proyectos conjuntos con el gobierno de Egipto.

Egipto llamó ayer a consultas a su embajador en Turquía, horas después de que Ankara decidiera hacer lo mismo con su representante diplomático en El Cairo. El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, había condenado los desalojos por la fuerza de los seguidores del derrocado jefe del Ejecutivo Mursi y exigido un castigo para los responsables.

Maduro pide restituir a Mursi

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció la retirada del embajador venezolano en Egipto y afirmó que la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) pedirá al mundo que reaccione y se restituya al depuesto Mohamed Mursi en el poder.

Y mientras la cancillería brasileña convocó al embajador de Egipto en Brasilia para mostrarle su consternación por la violencia en el país árabe, el gobierno de Bolivia lamentó la crisis egipcia y rechazó cualquier “acción intervencionista”.