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Crónica. "El cielo llora por Madiba"

Francisco ReséndizEnviado| El Universal
Miércoles 11 de diciembre de 2013

Video. Más de 90 mil personas y jefes de Estado se dieron cita en el estadio de Soweto para rendir homenaje a Madiba

<b>Crnica.</b>

CARIÑO. Los sudafricanos acudieron ayer al estadio de futbol a honrar la memoria de Mandela. (Foto: BERNAT ARMANGUE AP )

Lo despidieron negros y blancos, ricos y pobres

francisco.resendiz@eluniversal.com.mx

JOHANNESBURGO.— No ha dejado de llover. Los sudafricanos, vestidos de verde, negro y amarillo, con las iniciales del Congreso Nacional Africano en su ropa, dicen que el cielo llora por Nelson Mandela.

El día de los funerales de Estado de Madiba, a los que asistieron más de 90 de jefes de Estado y de gobierno —casi tantos como en los de Winston Churchill o John F. Kennedy—, amaneció frío y con neblina.

La nostalgia de los sudafricanos por la partida de su histórico líder se transmite las 24 horas por los noticieros de radio y televisión que mezclan los discursos de Mandela con el seguimiento de la cotidianidad. Pero la gente no llora en las calles. Bailan como si fueran guerreros que van a una batalla. Avanzan en grupos a un compás que hipnotiza; gritan y cantan una y otra vez en uno y otro dialecto africano y luego en inglés: “Nelson Mandela, we never had great leader icon world changer like you” (“Nelson Mandela, nunca hemos tenido a un gran líder, icono mundial, que cambiara al mundo como tú”).

Son las 6:00 de la mañana, llueve con fuerza. Poco a poco miles de hombres y mujeres llegan al estadio Soccer City (FNB), el mismo lugar donde los equipos de México y Sudáfrica inauguraron la Copa Mundial de Futbol en junio de 2010.

En las tribunas se mezclan los deportes con la política, las creencias paganas con las religiosas, las banderas multicolor de la nueva Sudáfrica —que al negro, amarillo y verde suman el blanco el rojo y el azul— con las del Congreso Nacional Africano (CNA).

Se mezclan los hombres y mujeres de Soweto, con hombres y mujeres adinerados; los de ropa sucia y llena de tierra con los que usan chamarra de piel, seda negra y plumas que adornan sombrero. Con los que llevan el torso descubierto, los de piel blanca y los del piel negra. Cantan... y bailan. Se dicen iguales.

A las 11:00 de la mañana, el agua no da tregua. La tribuna no se ha llenado; hay miles en los pasillos para no mojarse. Los cantos y el baile hacen retumbar el estadio.

Las pantallas muestran a un rechazado presidente Jacob Zuma y unos aclamados Kofi Annan y Ban Ki-moon, ex secretario y secretario general de la ONU. Winnie, ex esposa de Mandela, entra al estadio con su familia, con los nietos del clan Mandela; entonces el estadio canta con más fuerza.

Inician los funerales de Estado. Le rezan a Madiba-Tata-Mandela los líderes católicos, judíos, protestantes y los del islam... Todos por igual.

En un palco, el Presidente Enrique Peña Nieto habla largo con su par cubano Raúl Castro y luego con el príncipe Felipe de Borbón y con el presidente del gobierno de España, Mariano Rajoy, saluda al presidente galo François Hollande y a su antecesor, Nicolas Sarkozy.

Estrecha la mano de los ex presidentes de EU Bill Clinton, George W. Bush y James Carter: de los ex primeros ministros David Cameron, John Major y Tony Blair; del premier canadiense Stephen Harper, del rey y primer ministro de Bélgica y de los dignatarios de Nueva Zelanda y Australia.

En su camino al micrófono, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se encuentra con dos sorpresas: a miles que le aplauden a él y al mismo tiempo repudian a Jacob Zuma. Estrecha la mano de Raúl Castro.

Obama termina su discurso, habla entonces la brasileña Dilma Rousseff, sigue el vicepresidente chino Li Yuanchao y también habla Castro.

El presidente Peña Nieto sigue los funerales desde su palco, atento, con respeto.

Lejos, en la parte alta del Estadio, Charity José canta una y otra vez “Mandela we never had great leader icon world changer like you”...

“Zuma, no nos quites la paz que nos dejó Mandela”. Sonríe, dice que Mandela es paz, esperanza, orgullo, amor, unión, tolerancia, respeto, fuerza y coraje. “Es mi padre”, presume la mujer rodeada de miles que igual presumen.

Pasan seis horas, largos discursos. Lluvia y cantos, vivas y abucheos... Son los funerales de Estado de Mandela.

Hace frío... llueve con fuerza... Dicen que el cielo llora por la muerte del padre de la nueva Sudáfrica.



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