Marco Fabián sólo es "cuate" del gol
DEJÓ LAS MALAS COMPAÑÍAS El delantero de las Chivas vive un idilio con Chivas. (Foto: César Huerta )
futbol@eluniversal.com.mx
Se trata de la figura del momento. Con sus
tres goles frente al Atlas, en la victoria de Chivas por 4-1 para avanzar a
semifinales, completó una actuación memorable en la cancha del estadio Jalisco.
Hoy, Marco Fabián es un futbolista enfocado en su profesión. Alejado,
recientemente, de los escándalos y las malas amistades, algo que ha contribuido
a que retome un buen nivel.
Durante su primera etapa en el Guadalajara, su presencia en
medios de comunicación se debió varias veces a constantes fiestas que
provocaron inclusive demandas por parte de sus vecinos, en Zapopan, Jalisco.
Tuvo que salir un año de la institución. El segundo torneo con Cruz Azul vino a
menos. Pero ahora, con la camiseta del Rebaño Sagrado, ha vuelto a lucir.
Es difícil que hable de esa parte de su vida, pero el
rojiblanco accede durante una charla exclusiva. Deja en claro que no se
arrepiente, que él eligió ese camino y que ha aprendido la lección. Revela
también que esas amistades que él llama “difíciles” no forman ya parte de su
círculo cercano.
Hoy, Marco Fabián, el héroe del clásico tapatío, puede
centrarse en lo que mejor sabe hacer: futbol.
—¿Es distinto el Marco Fabián que juega hoy con Chivas, al
que se fue al Cruz Azul?
“Sí, bastante. Yo creo que uno valora muchas cosas y obtiene
mucha más madurez. Yo, la verdad, desde que debuté, desde chico nunca había
salido de esta institución y bueno, siempre llega un momento en el que cualquier
persona, en cualquier aspecto de la vida, necesita un cambio para ver las cosas
de diferente manera. Yo lo obtuve y ese cambio fue muy bueno para mí. En primer
lugar, por lo que viví ese año con Cruz Azul, me tocó quedar campeón de
Concacaf, jugar un Mundial de Clubes y jugar un Mundial con Selección Mexicana,
uno de mis más grandes sueños. Después, regresar y ver todo de diferente
manera, valorar y sobre todo tener esta madurez de trabajar, de lo que
significa ser un profesional, tener esa disciplina que hoy en día está
funcionando en mi carrera.
—¿Ahora te sientes figura?
“No sé si lo soy. Eso no te lo puedo responder yo, pero
trato de trabajar para serlo, para ser la figura y ejemplo, sobre todo, de
tantos niños, que me regresan un poco a mi pasado, porque yo de chiquito veía
mucha gente así y yo quiero lograrlo, sobre todo en los niños y todas las
personas que me siguen, todos mis admiradores.
—Esta profesión tiene muchas cosas positivas, pero también
algunas negativas. ¿Podrías decirme dos golpes fuertes que hayan marcado tu
carrera?
“Sí, claro. Bueno, el golpe más fuerte fue el que viví en
Copa América, cuando me regresaron de allá, cuando estuve ahí metido en el
escándalo de Ecuador. Y quizá algún otro... por ahí la etapa en la que viví
algunas fotografías, algunos videos cuando mi vida estaba un poco apegada a amistades
difíciles, en las cuales, pues bueno, no estaba desarrollando realmente al 100
por ciento mi profesionalismo”.
—Esas “amistades difíciles”, Marco, ¿las sacaste ya de tu
vida?
“Sí, claro, ya. Era un círculo en el que estaba y justamente
eso, cuando yo salgo del Guadalajara, te das cuenta de toda esa situación, de
que estabas viviendo en un mismo círculo, en una burbuja, como dicen. Sabes de
lo que eres capaz, pero también lo que estás desperdiciando. Entonces, uno
valora todo. Al final, si te tienes que quedar solo, te quedas solo, pero te
das cuenta de esa situación... te pones a trabajar, te pones a sacar al 100 por
ciento el don que tienes, el don que Dios me dio, el talento, y bueno, a
desarrollarlo al mil.
—Se te hizo muy mala imagen en esa época. Inclusive vecinos
tuyos te demandaron. Se creó una fama a tu alrededor de que eras fiestero. Te
lo pregunto directamente: ¿en verdad eres fiestero o sólo fue que malas
amistades te llevaron por un camino que todavía no tenías la madurez para darte
cuenta que era malo?
“Sí, mira, la realidad es que yo escogí ese camino en esa
etapa, en donde yo no diferenciaba la grandeza del error que uno estaba
haciendo. También que la gente lo empezó a tomar ya un poco más alto, empezaron
a seguirme un poco más, ya cualquier cosita... hubo también muchos inventos, no
te digo que todo fue cierto, pero sí, cometí pequeños errores, los cuales yo
creo que hay muchísimos más jugadores, miles que los pueden hacer, pero bueno
que no se hace tan grande como se hizo conmigo. Siempre una figura pública y un
jugador diferente siempre va a ser más nota. A final de cuentas estuvo ahí y lo
mejor que me pudo haber pasado es que aprendí que uno comete un error, pero no
vuelve a pasar dos veces. Aprendes a ser todo un profesional, como te decía, a
tener la disciplina necesaria y a valorar el privilegio de estar dentro de una
cancha de futbol.
—Lo acabas de decir: no eres sólo tú. Eso le pasa a muchos
de los que son profesionales de este deporte, porque conlleva ese tipo de
cosas, aparecen amistades con la fama y la fortuna. ¿Te arrepientes de haber
vivido esa parte o crees que era necesario en tu proceso de aprendizaje?