La vida después del ring
Luchadores Villano V, ex luchador, tiene un consultorio de acupuntura. (Foto: Germán Espinosa/EL UNIVERSAL )
adriana.reyes@eluniversal.com.mx
En el cuadrilátero se convirtieron en leyendas, personajes
míticos capaces de los más aventurados
lanzamientos. Multitudes corearon sus nombres y su fama se extiendió
incluso, más allá de las fronteras.
Pero, ¿qué pasó
cuando el retiro fue inminente, cuando las lesiones obligaron a los
luchadores a despedirse definitivamente
del pancracio?
“Es muy importante prepararse. En mi caso, mis padres me permitieron dedicarme a la lucha libre,
siempre y cuando terminara una carrera universitaria. Así lo hice, cumplí mi
promesa y me titulé como odontólogo”, comentó Villano V, quien también se
desempeña como acupunturista.
Desde el 15 de marzo de 1977, año en el que debutó, Raymundo
Mendoza (su nombre de pila) tuvo bien claro que su carrera como luchador tenía
una fecha de caducidad. Por ello, se dio a la tarea de
prepararse para no terminar en el desamparo, como algunos de sus compañeros.
“Los luchadores somos como utensilios, nos usan y nos
desechan. Hay muchos que fueron estrellas y ahora apenas tienen para
comer. Antes se vivía bien de la lucha
libre, ahora ya no”, dijo tajante
Mendoza, quien junto con sus hermanos, los Villanos, ha formado una
asociación civil para favorecer a los peleadores.
La especialidad, añade, ha decaído mucho en los últimos
años. “Se convirtió en una competencia
de acrobacias, a ver quién vuela más y las bases ya se han perdido,
anteriormente las arenas estaban saturadas, hoy, ya no es así”.
Súper Astro, uno de
los principales impulsores de la lucha aérea,
está actualmente al frente de ‘Los campeones’, una tortería que todos
los días atiende a decenas de personas.
“Muchos pensamos que nunca vamos a envejecer, que todo el
tiempo va a ser lo mismo, que vamos a seguir ganando dinero; no es así, la
lucha no es para toda la vida. Hay compañeros que no tienen ni para mantenerse,
porque se gastaron el dinero o lo despilfarraron”, añadió.
Aunque ya no es un luchador activo, Súper Astro aún recibe
las muestras de cariño de la gente que consume en su tortería. “Tenemos mucha
gente que viene a saludarnos y que le gusta ver a los luchadores trabajando. Al
público le agradecemos que se acuerde de nosotros y que aún nos pidan
autógrafos o fotografías. Realmente todos, los peleadores y aficionados somos
una gran familia”, comentó.
Los peleadores que
aún se encuentran activos, han comenzado ya a tomar precauciones por si el
retiro les llega de sorpresa.