futbol@eluniversal.com.mx

Un ligero toque, a veces, es suficiente para alegrar a un equipo y darle esperanza para el futuro. Querétaro es la prueba de esto.

Anoche, en el estadio Morelos, los Gallos Blancos obtuvieron su primera victoria, por la mínima diferencia sobre Monarcas Morelia.

Una de las llamadas “peinadas” de cabeza, obra de Miguel Martínez fungió como un remate para que los pupilos de Ignacio Ambriz se quedaran con los primeros tres puntos del torneo.

El defensa se alzó en medio del área y aún con marcación de los defensa ganó el balón puso el 1-0 a favor de Querétaro.

Un primer festejo efusivo del zaguero enmarcó un triunfo que le da credibilidad a un conjunto que el torneo pasado probó el reto de acceder a la fase final y soñar con convertirse en campeón.

Los emplumados dieron una imagen agradable, de un equipo que más que en formación está consolidado, como si se tratara de esos cuadros que aspiran a la Liguilla por el título.

Presión visitante sobre Morelia, que se volvió incesante en la mitad de la cancha para desconectar los intentos michoacanos, mientras la apuesta por un futbol de garra y contragolpe al frente fue la constante de Gallos.

Monarcas lució pálido, como si le hubiese pegado en lo anímico el que Grupo Salinas, empresa dueña del equipo, comprara al Atlas y de a poco se convierta en el hermano menor de los Rojinegros tapatíos.

Algunos avisos de Morelia, pero nada trascendente en el ataque. Jefferson Montero el más impetuoso. Querétaro nunca renunció a su estilo. Se quedó con una victoria fundamental para sus aspiraciones gracias a un ligero toque de cabeza que le da ilusiones de pensar en cosas grandes en el Clausura 2014.