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“Tanta tragedia ya nos da risa, siempre perdemos igual y no nos queda de otra más que venir a festejar y a echar un poco de desmadre”. Era el sentir de poco más de 2 mil aficionados de la Selección Mexicana que se reunieron en el Ángel de la Independencia, monumento que sirvió como catarsis después de disfrutar el partido en la plancha del Zócalo. Con la playera tricolor, la cara pintada, pelucas, espumas, cornetas y lo que pudieron llevar, los mexicanos “celebraron” la despedida de México del Mundial Brasil 2014.

“Ya perdimos, lo que nos toca ahora es echar desmadre un rato”, expresó convencido Sergio Medina, quien con su novia y sus amigos acudieron al Ángel de la Independencia a gritar un rato; “el que no brinque es holandés, el que no brinque es holandés”, fue el cántico con el que, de golpe, más de mil aficionados tomaron este punto emblemático de la ciudad de México.

Minutos después, el grito que caracterizó a los aficionados mexicanos en Brasil se dejó sentir: ¡Ehhhhhh... puto!, gritaban al viento, pues en las inmediaciones no había un holandés o algo que hiciera referencia a los Países Bajos. Era la única manera que encontraban para sacar toda la frustración que sentían, dolor que casi al instante quedó de lado, no hubo una lágrima, señales de dolor... nada; lo único que querían era divertirse un rato.

Las cervezas, los cigarros de mariguana y los inhalantes eran notorios a simple vista. Las consignas e insultos contra los policías que cuidaban el monumento no cesaban en ningún momento. Mientras, éstos, hacían caso omiso y se mantenían estoicos en sus puestos, frente a ellos, un grupo de jóvenes se liaban a golpes, acto que duró apenas unos minutos, pues ni conocían los motivos por los que peleaban.

“No sé ni porqué fue, yo nomás vi que tiraban putazos y empecé a tirar”, cuenta uno de los hombres que fue separado por la policía cuando, como desquiciado, empezó a golpear a todo aquel que estaba junto a él. “Vámonos pareja, déjalos; ya están muy pedos”, se alcanzó a escuchar que un policía le decía a otro.

La euforia por la Copa del Mundo Brasil 2014 duró poco, al igual que el entusiasmo de los aficionados reunidos en esta ocasión. Los primeros en empezar a retirarse fueron las familias que traían niños en brazos, les siguieron las parejas y por último los más revoltosos, quienes al quedarse sin cervezas, no tuvieron más opción que buscar un domicilio o un bar para continuar con la borrachera.

“Ni modo, se acabó el dinero, la diversión y el futbol, ahora nos regresamos al barrio a seguir el desmadre y a esperar a otro torneo donde la Selección Mexicana vuelva a jugar y nos haga lo mismo otra vez; que juegue como nunca y que pierda como siempre”, puntualizó un alcoholizado aficionado, quien junto con los tambores, poco a poco se fueron alejando de la avenida Reforma.

Al final del evento, la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF) reportó que detuvo a cuatro jóvenes que robaron de una tienda Oxxo, cervezas, cigarros y papas fritas, calificando el evento como “saldo blanco”, pues aunque se registraron dos conatos de bronca, se logró controlar y en ningún momento se atentó contra los uniformados.