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Extenuado y hasta algo demacrado luce el rostro de Corinna Betsch.

Las prolongadas horas al pie de la cama de Michael Schumacher se han convertido en un calvario para la esposa del piloto, quien mantiene la fe intacta en el 'káiser', a quien ha definido en varias ocasiones a lo largo de las semanas y pese al pronóstico médico, como un luchador.

Ni un solo día se ha sentido la ausencia de Corinna en el Hospital de Grenoble. Ahí comparte las noticias y hasta los recuerdos con el excampeón de la F1 siempre atenta a la menor alerta suya.

Junto a ella sosteniéndole el ánimo están su madre y sus hijos, retrata mujerhoy.com, uno de los tantos sitios que le siguen el pulso a la salud del famoso piloto.

Conocida por mantener un bajo perfil, la ex secretaria que conquistara el corazón de Schumacher, se mantiene alejada de la prensa. De hecho el piso en el que se encuentra su esposo está resguardado por dos policías, después de que un reportero tratara de llegar a la habitación disfrazado de cura, dice autonocion.com.

Ni siquiera en los restaurantes aledaños al centro médico se le ha visto, tal parece que para ella también se detuvo el calendario el pasado 29 de diciembre.

Para el sexólogo costarricense, Mauro Fernández, esta no es una situación anormal. De hecho, si la relación de pareja estaba sólida ella se consagrará a él en cuerpo y alma. Pasando otras necesidades como las sexuales y afectivas a un tercer o cuarto plano.

"Para la pareja no se convierte en un sacrificio, es algo que surge y no da espacio para pensar en salir o ser infiel. Algunas veces es la misma familia o un psicólogo quien les pide hacer una pausa vivencial", destacó el experto.

La misma representante del deportista, Sabine Kehm, afirmó al periódico alemán Bild, "Corinna no está bien. Pero ella trata de ser fuerte para dar su apoyo a Michael. No quiere transmitirle ningún pensamiento negativo".

Esto es lo que ella les pide a los amigos que deja acercarse al lecho de Michael, una dosis de positivismo.

Así ha sido desde que la pareja se conoció en la pista hace 22 años. Aunque en aquel entonces ella era la novia de su compañero de equipo, Heinz Harald Frentzen. Un día, tras una carrera en el circuito de Le Mans, Michael la invitó a dar un paseo en su moto y ella jamás volvió junto a Heinz.

Desde entonces se convirtió en su mejor copiloto y cómplice pues juntos levantaron un imperio económico, el cual según el testamento que dejó Schumacher, asciende a los 1.000 millones. Estos serían repartidos en partes iguales entre Corinna y sus dos hijos, publicó latercera.com.

Sin embargo, a este dinero Corinna no tendría acceso a menos que se emita una orden judicial, considerando que tiene un eventual derecho a gananciales, le explicó a Al Día el experto en derecho de familia, Pedro Beirute.

mcs