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Hombre de pocas palabras y semblante casi siempre inexpresivo, Jorge Horacio Messi dedicó buena parte de su vida a ingeniárselas para sacar adelante a los cuatro hijos que tiene con Celia María Cuccittini... Hasta que uno mostró cualidades sobrenaturales con el balón en los pies.

Fue entonces que abandonó su trabajo en la fábrica rosarina Acindar, donde supervisaba la producción de alambre de espino, para estar con Lionel en su aventura por el futbol español.

El chico necesitaba hormona de crecimiento para compensar su lento desarrollo físico. El tratamiento costaba 900 dólares mensuales, demasiado para los ingresos de su padre y madre, quien limpiaba casas ajenas.

La directiva del Barça fue impresionada por el talento del pequeñín. Le ofrecieron un contrato y, a Jorge Horacio, el puesto de “informador de partidos”. Veía juegos para detectar talento juvenil, lo que le permitía estar al lado de su hijo.

Algunos años después, empezó a administrar las millonarias ganancias de Lionel, el tercero de sus vástagos, quien asombra a multitudes con la magia que emana de sus diminutos pies.

Y el caos llegó.

Siempre apegado al hombre que fue su ejemplo desde la niñez, el astro del Barcelona le confió el manejo de su fortuna. Se estima que, entre sueldo y patrocinios, La Pulga factura poco más de 40 millones de dólares anuales.

Tendría la vida resuelta, de no ser por los involuntarios líos en los que le ha metido Jorge Horacio, quien se ha convertido en un padre incómodo.

La reciente vinculación con supuesto lavado de dinero, a través de los partidos benéficos que el argentino ha jugado en el continente americano, de la cual ya fue absuelto, se une a la investigación a la que estuvieron sujetos, hace poco más de tres meses, por evasión fiscal.

El ente recaudador de España demandó a los Messi casi siete millones de billetes verdes por fraude en los ejercicios anuales de 2007 a 2010. Tras algunas semanas en las que se recopilaron pruebas, incluida una carta de Jorge Horacio en la que asegura que Lio “se ha dedicado siempre y solamente a jugar a futbol”, ambos quedaron exculpados. Eso sí, saldaron la deuda.

Pese a todos los problemas extracancha, La Pulga manifiesta apoyo a su padre.

“Mi familia me ha comentado lo que se ha dicho y lo lamento profundamente. No sobre mí, sino sobre personas que quiero, como mi papá o jugadores que son amigos”, dijo el virtuoso, en declaraciones a la radiodifusora catalana RAC1. “Lo que hemos hecho nosotros es 100% benéfico”.

Por lo que no tiene pensado removerlo de la presidencia de la fundación “Lio Messi”, dedicada a apoyar a niños y adolescentes en situación de riesgo.

“Estoy unido a mi padre y mi familia en lo personal y profesional”, aclaró. “Si de mí depende, y mientras él quiera, seguirá siendo el presidente de nuestra empresa y de la fundación”.

Le tiene fe ciega, es quien gestiona cualquier entrevista y arregla todos los contratos, por más que parezca una piedra en el zapato. (Con información de agencias)