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No hay un pastel para festejar. Resultaría cínico. El Guadalajara tiene poco que celebrar en el presente. Por eso, el pasado es hoy el único motivo para sonreír. Por eso, el aniversario es amargo. Chivas cumplió este martes 10 de diciembre siete años de la obtención desde que hasta ahora es su único título con Jorge Vergara.

Aquel mediodía de domingo, en la cancha del Estadio Nemesio Diez, quedó escrita con letras de oro en la historia rojiblanca. El triunfo por 2-1 en la mismísima casa de los Diablos Rojos desató la fiesta en todo el país. La undécima estrella conquistada ante Toluca se ve ahora amenazada por América, que puede llegar a 12 títulos si supera a León esta semana en la gran Final del Apertura 2013.

El Rebaño dio siete años atrás una muestra de amor propio. El panorama oscureció apenas a los 18 minutos, con el gol de Bruno Marioni. El argentino puso a los tapatíos contra la pared. El campeonato se escapaba como agua entre los dedos.

Sin embargo, en la segunda parte vino la remontada histórica. Francisco Javier "Maza" Rodríguez, hoy americanista, marcó el 1-1, al '51, con un remate entre hombro y cabeza que superó a Hernán Cristante.

Al '69, la algarabía total. Adolfo Bautista pateó un zurdazo con sabor a gloria, que estremeció las redes del infierno y provocó la algarabía descontrolada. El 2-1 (3-2 global) le dio nuevamente a Chivas la supremacía absoluta con 11 títulos (América ya había igualado en 10).

El regreso a la Perla Tapatía fue apoteósico. La tarde del 10 de diciembre de 2006, cerca de dos millones de personas, según estimaciones de Protección Civil de Jalisco, salieron a las calles para recibir a los campeones.

La carretera Guadalajara-Chapala vio sus costados invadidos por aficionados que vitorearon al equipo rojiblanco desde su arribo al Aeropuerto Miguel Hidalgo. La Minerva fue insuficiente para la celebración. Ahí estuvieron los nuevos héroes: Oswaldo Sánchez, Diego Martínez, Héctor Reynoso, "Maza" Rodríguez, Jonny Magallón, Patricio Araujo, Gonzalo Pineda, Adolfo Bautista, Ramón Morales, Omar Bravo y Alberto Medina.

Jorge Vergara, embriagado por la dulce miel del éxito, se aventuró en ese mismo lugar: "Ha nacido el nuevo Campeonísimo", dijo a miles de aficionados reunidos en la icónica glorieta. El tiempo demostró que fue una promesa más al aire. El plantel se desmanteló poco a poco en los torneos siguientes.

Las figuras con sueldos más elevados salieron. Se apostó a la "proyección de fuerzas básicas", con escasos resultados. Hoy, el equipo tiene riesgo de descenso y ha pasado un año fuera de la Liguilla, mientras su acérrimo rival, América, ha conquistado un título y amenaza con uno más. Por eso, es amargo el séptimo aniversario del último campeonato rojiblanco.

mcs