El arribo de la Selección Mexicana al Aeropuerto Internacional de la ciudad de México es caótico. Contrariados, Justino Compeán, Hector González Iñárritu, el "Flaco" Luis Fernando Tena y lo que queda del cuerpo técnico, así como los jugadores buscan la manera de evitar a la multitud que los acosa.

En la sala internacional, el contingente no sabe que hacer. Se mueven de una salida a otra, hasta que comienzan a correr. Y la persecución incluye a reporteros, camarógrafos y la gente, que al descubrirlos los abuchea y le entra a la corretiza.

Quienes atestiguan el recorrido de los seleccionados participan de alguna forma: "¡Se fueron por allá, no, por acá¡", revelan.

Los telefotos son capaces de captarlos. Ahí está Justino y también González Iñárritu. Se respaldan con el apoyo de personal de seguridad quienes les indican por qué recoveco emprender la graciosa huida.

Mas hacia donde van escuchan abucheos. Es el juego del gato y el ratón.

El único en detenerse es el panameño Felipe Baloy, quien cordial, evita satirizar a los jugadores. Es el mejor representante de los canaleros en nuestro futbol. Y será el próximo rival, con el que México se jugará el pase al repechaje. Nada más y nada menos.