El Teatro Real de Madrid realizó ayer el estreno mundial de la nueva ópera de Mauricio Sotelo, El público, drama confesional, delirante y misterioso de Federico García Lorca, en el que se articula la tradición operística occidental con el flamenco y las modernas técnicas electrónicas.

La obra, primer encargo del ex director del Teatro Real, Gerard Mortier, para este coloso

De hecho, Mortier pudo trabajar con su equipo artístico en la génesis del proyecto y llegóde la ópera, está dedicada a él. incluso a ver la partitura en versión de canto y piano y los lienzos de la escenografía de Alexander Polzin antes de su fallecimiento, el 9 de marzo del año pasado, a consecuencia de un cáncer.

En El público, el compositor Mauricio Sotelo mezcla el flamenco con melodías tonales y texturas armónicas que van del microtonalismo a sofisticadas técnicas electrónicas, a través de las cuales la música sonó desde 35 altavoces dispuestos en toda la sala.

Además de las diferentes nacionalidades de los intérpretes, que van de Estados Unidos a Egipto, los creadores proceden de diferentes mundos artísticos.

Participa en esta puesta en escena que podrá verse hasta el próximo 13 de marzo en ocho funciones, el director de escena chicano Robert Castro, que se inspira en un arquetipo de la identidad azteca para su concepción de la producción.

El figurinista polaco Wojciech Dziedzic, que ha trabajado en esta ópera con el libanés Assaad Awad (que realiza muchos trajes de Lady Gaga) en la exploración de nuevos materiales para el vestuario de los intérpretes.

También el coreógrafo de Broadway y profesor de la Juilliard School, Darrell Grand Moultrie, premiado por sus creaciones para Beyoncé.

Se trata de Lorca musical y multicultural, basado en El público, la obra más difícil y misteriosa del poeta granadino y uno de los grandes mitos e hitos del teatro español moderno.

El poeta español la escribió en Cuba en 1930, justo después de su viaje a Nueva York, en una época de intensa experimentación artística y vital, y la homosexualidad está más abiertamente expresada que en cualquier otra obra de Lorca.

El compositor Mauricio Sotelo aseguró que tras el encargo de Gerard Mortier por considerar absolutamente maravillosa la obra de García Lorca, "pensé que el texto debería llegar limpio e inteligible a los espectadores".

"Con esto -dijo- quiero decir que he suprimido el ego del compositor y he trabajado con absoluta humildad, intentando crear un horizonte sonoro en el que el texto se proyecte y pueda llegar con toda su fuerza simbólica y semántica al oyente".

Remarcó que la inteligibilidad del texto cantado fue un faro que siempre guió el proceso de composición. "Si se entiende el texto con claridad, entonces será posible que éste proyecte toda su luz al espectador", consideró.

sc