García Lorca amó la música antes que la poesía
Faceta. La obra del poeta granadino está llena de referencias musicales y en sus versos palpita este arte.. (Foto: Reproducción del libro: 'Catalogo de la muestra Federico Garcia Lorca 1898-1936/Archivo EL UNIVERSAL )
En su adolescencia, Federico García Lorca creyó que sería la música, y no las letras, su verdadera vocación. No fue un disparate ni un deseo superficial: el autor español estudió piano y fue alumno del compositor Manuel de Falla.
Por si fuera poco, la obra del poeta granadino está llena de referencias musicales y en sus versos palpita este arte. Esta pasión, poco conocida, quedó plasmada en el libro Ángel, musa y duende: Federico García Lorca, de Marco Antonio de la Ossa.
En una entrevista con El País, el autor explicó: "En los primeros escritos de Lorca, tanto en prosa como en verso, hay muchísimas referencias musicales: compositores, formas, elementos musicales... Federico en su adolescencia tenía en mente ser músico e irse a París a estudiar".
Además, indica De la Ossa, "la obra de Lorca tiene muy presente en su estructura una rítmica muy acentuada que se acerca mucho en su construcción de los versos a la rítmica musical".
De Falla, amigo y maestro
Uno de los pasajes del libro retrata la relación que Lorca y Falla establecieron en torno a la música.
Cuando el compositor llegó a vivir a Granada, el joven poeta fue a su casa para presentarse y solicitarle clases. Falla era muy estricto con sus alumnos y no escogía a cualquiera, cuenta el autor de Ángel, musa y duende... pero "este chico le cayó en gracia, quizá porque lo vio como el hijo que nunca tuvo".
De la Ossa detalla que Falla se preocupaba por Lorca. "Se preocupó de que no se juntara con algunas compañías que consideraba perjudiciales para él, que fuera más pausado en las entrevistas y más recatado con su homosexualidad", narra el escritor.
Sin embargo, la abismal diferencia de sus personalidades terminó por alejarlos. Aunque, en su momento, el compositor lo impulsó a adentrarse en la literatura y dejar un poco de lado la música, pero sin dejar de estudiarla.
En el libro sobre García Lorca, Marco Antonio de la Ossa reconoce la visión del poeta sobre músicas diversas. "Fue uno de los primeros que trajo el son cubano a la Península, en Nueva York se interesó por el jazz y lo llevó a su piano; conoció a Carlos Gardel en Argentina", concluyó el autor.
sc