La noche es fría, son las 9 de la noche y en la calles ya empezó la tolerancia, esa que permite pasear por el Pueblo Mágico con botella en mano. En el Callejón del Templo hay centenas de personas esperando que las autoridades locales declaren inaugurada la 31 edición del Festival Cultural Alfonso Ortiz Tirado.

Un encuentro cultural que hasta hace unos años se caracterizaba por ser de las pocas opciones en México para la difusión de la ópera; ahora, especialmente en esta edición, el perfil comienza a tornarse popular: va del rock con Torreblanca y Genitallica, a la balada con Sole Giménez.

La esencia se mantiene con la presencia de figuras destacadas como las sopranos Simone Kermes, Ainhoa Arteta y Elizabeth Blancke-Biggs. Además, entre los invitados nacionales están Irasema Terrazas, Guillermo Ruiz, así como el elenco que llevará a escena la ópera Carmen, bajo la dirección de Enrique Patrón de Rueda.

Por lo pronto, la primera de las 10 noches que durará el festival, inició con un hijo predilecto de Sonora, el tenor Arturo Chacón Cruz, un profeta en su tierra.

El tenor que en los últimos años ha cobrado relevancia internacional y se ha presentado en importantes teatros del mundo, presentó su primer disco Arturo Chacón le canta a México, además interpretó arias como "Nessun dorma" de la ópera Turandot de Puccini, y "La donna e mobile" de Rigoletto de Verdi.

Sí, como tenor fue aplaudido, pero como cantante de la música popular mexicana, en tierra sonorense fue ovacionado. La gente le gritaba su nombre, con la naturalidad con la que se saluda al compadre de la casa de al lado.

Los inicios de Chacón Cruz están marcados por el mariachi y las serenatas a las chichas del pueblo, su primera audición importante la hizo con el tema "Juan Charrasqueado", por eso "Paloma querida", "No sé tú", "Tiempo" tenían una voz naturalmente impostada, pero aún con la esencia de la música popular; "Júrame" y "Granada" sonaban a ese tenor afamado en otras latitudes.

La Orquesta Filarmónica de Sonora, bajo la dirección huésped de Patrón de Rueda, acompañó al cantante durante la noche festiva del festival.

Luego de dos horas de concierto, de gritos que aclamaban más canciones, los músicos se fueron. El frío arreció, pero en las calles del pueblo continúo la fiesta.

sc